“La producción de huevos será de gallinas libres o no será”. Esa es la convicción detrás de Granja Bravial, el proyecto ecológico y familiar de Natalia Alvial y Felipe Bravo que tiene a gallinas libres, felices y solteras como protagonistas. Una iniciativa sustentable, que aspira a potenciar y profesionalizar esta actividad en casa. Te invitamos a conocer una nueva entrega de Historias con Sabor, adentrándonos en este emprendimiento que está liderando la revolución “gallinácea”.
Natalia, santiaguina, es médica veterinaria de la Universidad de Chile. Nos relata su historia desde Estados Unidos, donde se encuentra con su pareja realizando cursos en estudios superiores. Las vacaciones en el sur de nuestro país y sus paisajes, en especial en la zona de Valdivia, fueron sus aires inspiradores para interiorizarse en los animales de granja. Reconoce que mientras cursaba la carrera, su proyección era terminar trabajando con ganado vacuno, justamente en la capital de la Región de los Ríos. “Todo lo hice pensando en eso. Hice un diplomado en gestión ganadera y me abrió los ojos de que podía hacer algo yo misma”, recuerda felizmente.
Con su pareja abrieron una empresa consultora de innovación en el sector agropecuario relacionada con la sustentabilidad. En un co-work conocieron mucha gente dedicada a emprender en diversas iniciativas. Esa retroalimentación la llevó a tomar la decisión de dirigir toda su experiencia hacia un proyecto propio. Las ideas pasaron por todos los animales hasta llegar a la gallina, literalmente al huevo de la gallina.
LA PRIMERA GALLINA
El hito que marca el inicio de esta aventura gallinácea es cuando le pidió a su papá si podían vivir con una gallina en la casa. “Me explotó la cabeza lo maravillosas que son. En la universidad hay una granja donde van los niños, pero nadie va a ver las gallinas. Quise reivindicar su valor y concepción que la gente tiene de ellas. Estudié mucho y me di cuenta que hay mucho por aprender y enseñar”, recalca. Aparte, cuando ella comentaba lo que se proponía, le cuestionaban lo poco rentable que era, o como destinar 5 años de estudio a tener gallinas. En ese sentido, Felipe fue un gran motivador y apoyo para darle hacia adelante y construir poco a poco el proyecto.
Partieron con 3 gallinas, luego 10, hasta llegar a 30 en total. El foco era y es que la gente se interiorice con este modelo potenciando la tenencia de estas.
Idearon los “kikirikits”, hermoso y original nombre para sus gallineros urbanos, que están diseñados para consumidores que apuesten por la responsabilidad en su alimentación y el impacto que esto puede generar en el mundo, además de autoabastecerse y vivir en compañía de estas nobles amigas. El kit viene con bebedero, comedero y alimento incluido para ellas, y si quieres, puedes incluir una asesoría, apuntan desde Granja Bravial.
EL PRIMER GALLINERO
A Natalia le costó mucho armar su propio gallinero, por lo que esta iniciativa era justamente para alivianar el proceso y generar interés en la gente por intentarlo. El proyecto comenzó a rodar, pero se fueron quedando estancados con las gallinas que habían comprado. Lógicamente, en el transcurso, las gallinas empezaron a poner huevos (ponen cada 24-26 hrs.) y los vendía en la universidad. Salían tan deliciosos por la buena crianza que tenían, que la gente se fue entusiasmando y llegaron a tener lista de espera por los huevitos. Como los kits no se vendían con tanta frecuencia y los huevos se vendían bien, el proyecto incluyó ese enfoque, que de todas maneras seguía siendo un factor de cambio en el sistema productivo.
Apostando por el crecimiento del emprendimiento, buscaron un terreno en la zona central, búsqueda que les tomó alrededor de un año. “Vimos uno en Talagante y nos encantó. Comenzamos a trabajar en él hace 6 años y el 2016 nos mudamos definitivamente ya como proyecto familiar e integral”, cuenta emocionada por la decisión que tomaron.
DE GALLINERO URBANO A GRANJA BRAVIAL
Actualmente, Granja Bravial cuenta con 1.000 gallinas aproximadamente. Ese volumen les permitió estabilizar el negocio, pudiendo vender lo que producen a un precio justo. Mil ejemplares de la raza Hy-Line Brown, que tuvimos la oportunidad de conocer gracias a María José Laytte e Iván Cano, los dos amigos que se están haciendo felizmente a cargo del lugar, ante la ausencia de Natalia y Felipe.
Desayunando unos exquisitos huevitos duros de nuestras nobles amigas gallinas, pudimos comprobar cómo disfrutan de su soltería, libres y felices, en un terreno amplio y acondicionado para darles las mejores condiciones posibles para la producción de huevos. Lo de la soltería no es casualidad, hace referencia a un método de crianza sin gallos de por medio.
“Somos un equipo de féminas gallináceas que viven felices y libres. Contamos con patios para caminar y kakarear entre nosotras. Los humanos nos regalonean y se preocupan de nosotras día y noche”, declaran las gallinitas.
En el terreno ponen sus huevitos libres, compartiendo con tres hermosos perritos que las pastorean amigablemente, protegiendo su regreso hacia el gallinero. Además, tienen su propio herbario, de donde extraen hojitas para crear mágicas pociones destinadas a sanar a las gallinas que presentan problemas de salud.
Las gallinas ponedoras tienen un rendimiento de postura elevado durante sus primeros 2 años y medio de vida. Luego, este comienza a decaer. En ese momento, se organiza un sistema de adopción para quienes quieran convivir con aves tanto en la ciudad como otros sectores campesinos. Esta iniciativa ha tenido éxito y ya han realizado dos jornadas de adopción durante los años que llevan trabajando.
La relación que establecen con sus clientes es muy cercana y explicativa. Con todos tienen línea directa para resolver dudas y explicar el modelo de producción, para así generar el cambio en el patrón de consumo de la gente. Con esto, han generado una confianza que les ha dado réditos para posicionarse como referentes de un comercio justo y real de huevos de gallinas felices. Todo gracias al motor de búsqueda de Natalia, que apunta a la exigencia de la industria también por la no utilización de jaulas. “El 98,8% de los huevos en Chile son producidos en jaulas, es el sistema dominante”, indica.
Granja Bravial forma parte de esta nueva conciencia, esta nueva agricultura. La producción de huevos de gallinas libres y darse el tiempo de ir a las tiendas con las entregas, explicando el sistema de producción, profesionalizan un poco más el sistema. Las tiendas y clientes en general terminan siendo nuevos aliados.
GRANJA BRAVIAL, UNA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA, ECONÓMICA Y SOCIAL
En el futuro inmediato, desde Granja Bravial se proponen implementar cursos para potenciar la tenencia de gallinas, dando espacio y oportunidad para que la gente arme sus propios proyectos, tal como lo hicieron ellos en algún momento. Además, reforzando esta faceta educativa, Natalia está trabajando en un libro sobre gallinas, sus cuidados y cómo jugársela para comenzar un proyecto agrícola ecológico.
Estas iniciativas sustentables están en pleno crecimiento y varias relacionadas con las mismas protagonistas, las gallinas. “Queremos hacer una cooperativa de productores, hemos conocido a varios y queremos hacer proyectos juntos”, dice Natalia feliz por esta nueva conciencia alimentaria.
Por último, existe la posibilidad real de trabajar junto al municipio en un proyecto para proporcionar los kikirikits a las mujeres campesinas de la comuna, generando una mayor independencia laboral y económica para ellas.
“La vida de campo es muy machista y queremos darles una independencia económica, capacitando a productoras en la granja e idealmente con un espacio mejor montado”, cuenta con ilusión y ganas de poder concretarlo.
Quedamos maravillados con la vida que llevan estas hermosas gallinas mientras disfrutan de su libertad y nos proveen de exquisitos huevos que hasta nos regalonean con doble yema. Hace unos días formaron una alianza con @pequenasgranjas e incluyeron un hermoso gallinero a la familia de los kikirikits.
Sigue a @bravialchile y entérate de estas y más novedades. Te invitamos a sumarte a esta revolución agrícola compartiendo esta nueva entrega de Historias con Sabor de @mango.merken ¡Únete a la revolución gallinácea!
Dirección: Paradero 38 de Lonquén, cerca de la Granja Educativa – Talagante (puedes ir directamente a comprarles y conocer este paraíso gallináceo).
Repartos los miércoles por Santiago y los puntos de venta puedes encontrarlos en www.bravial.cl
4 comentarios
Hola, quería saber si tienen huevos de gallines libres, solteres y no binaries, por favor.
Hola! Puedes consultar directamente en su cuenta de IG @bravialchile, o en su BIO también encuentras el link para comunicarte por WhatsApp.
hola
los vi en el dia de ayer en la tele y me gusto su trabajo.
y mi consulta es
los huevos en general, son de yema muy palida ,sin sabor, exceptos los que tu consumes en los restaurant que son de yema bien colorada.
yo busco huevos de yema colorada , y si uds los tienen me gustaria visitarlos y comprarles ,claro solo consumo familiar.
Hola Felix, gracias por el comentario. En este caso te recomendamos comunicarte directamente con el emprendimiento. Al final del reportaje encuentras las vías de contacto. De todas maneras, personalmente, te comentamos que sus huevos son de muy muy buena calidad. Esperamos puedas ponerte en contacto con ellos y probarlos, saludos.