Entre sueños, pasteles, tortas y recetas varias, una propuesta se abría camino en junio de 2017. Una pastelería que meses después, apostaría por una fábrica de barquillos rellenos gourmet. Hablamos de Barquillería Esquina, el dulce emprendimiento de Gerardo Délano y Juan Pablo del Sante. ¿Quieres algo rico para compartir? Acompáñanos a conocer los detalles de estos deliciosos barquillos en una nueva entrega de Historias con Sabor de Mango Merkén.
Los barquillos evocan recuerdos de barrio, de playa, compartir algo rico con la familia y amigos. Simples, crujientes y sabrosos a la vez, se disfrutan más aún si son rellenos de manjar. Esa es la imagen que visualizaron Gerardo Délano y Juan Pablo del Sante, amigos y compañeros de colegio y universidad; ambos ingenieros comerciales.
Barquillería Esquina, su dulce y novedoso emprendimiento, se ha popularizado de tal manera que probablemente alguien ya te haya recomendado probar sus barquillos. Al menos a nosotros nos pasó, así es que fuimos en búsqueda de su sabrosa historia. Nos recibe Juan Pablo en la tienda principal, ubicada en Vitacura.
La escena de por sí es particular, al lado del negocio hay una casa gigante. En ese lugar, por muchos años funcionó AM Dulcería, la pastelería familiar perteneciente a la abuela de Gerardo. Cada rincón de la casa tenía una historia guardada y cuidada como un tesoro. ¡Y ese clásico aroma horneado que antoja a cualquiera! Cuando ambos emprendedores se encontraban sin trabajo y se enteraron de la venta de esta pastelería, decidieron adueñarse de ese tesoro y tomar el camino del emprendimiento.
UNA DULCE HERENCIA FAMILIAR
Ambos habían estado trabajando para unas empresas y quedaron cesantes. Entre los dos se apoyaron y decidieron hacer algo al respecto. Con esas palabras, “hacer algo”. No pensaban en nada dulce, ni tortas, ni barquillos, ni nada relacionado a la cocina. El único que tenía un gusto por la cocina era Gerardo, pero no se planteaba la posibilidad de hacer algo relacionado a la gastronomía.
Es más, la idea principal era un negocio sobre corretaje de propiedades. Un día conversando sobre el panorama en la casa de Gerardo, su padre les comentó sobre la venta de la pastelería familiar. “¡Qué perdemos, estamos en nada, comprémosla!”, dijeron. “Tú te encargas de las ventas y yo me encargo de la producción y administración”, le indicó Juan Pablo a Gerardo. La única condición necesaria que les dieron, aparte del negocio, fue que cuidaran la casa.
¡Y así, en junio de 2017, empezaron a hacerse cargo de esta dulce herencia familiar! “Hace unos días pagamos la última cuota”, cuenta sonriendo Juan Pablo.
UNA CRUJIENTE Y DELICIOSA IDEA
Empezaron con un equipo bien reducido. La apuesta e inversión habían sido bien grandes, así es que ellos mismos metieron las manos en la masa, literalmente. “Dos comerciales haciendo tortas es bien complicado”, dice riendo el emprendedor.
Para ellos, fue transitar por un camino de mucho esfuerzo y perseverancia. De repente verse a las 3-4 de la mañana haciendo confites no fue una tarea sencilla. Los primeros meses fueron complicados y estuvieron a punto de tirar la toalla, hasta que una crujiente idea saldría a la luz. Magdalena, la pareja de Juan Pablo, les comentó sobre una propuesta de hacer barquillos. “¿Barquillos? ¿Por qué barquillos? Nosotros tenemos que hacer tortas”, pensaba él. Pero analizándolo con calma, se dieron cuenta de que nadie hacía barquillos. O al menos, nadie los empaquetaba y realizaba el marketing correspondiente.
«¡Esto es, una barquillería!», dijeron.
Lo primero que hicieron, fue ir a distintas misas de Santiago en búsqueda de cada vendedor de barquillos para empaparse de la idea. En esa ida a terreno, por decirlo de alguna manera, conocieron a Don Ernesto, un crack de los barquillos. Junto con él, comenzaron a perfeccionar una receta que permitiera mejorar la duración del barquillo, en términos de calidad del producto.
En septiembre de 2017 empezaron con la elaboración de los primeros barquillos. Se comenzaron a masificar gracias a los buenos comentarios recibidos. “De repente nos veíamos con pedidos de 500 barquillos y era estar día y noche fabricándolos”, señala Juan Pablo mientras nos muestra el proceso de empaquetado de estas dulces maravillas.
BARQUILLERÍA ESQUINA, BARQUILLOS RELLENOS GOURMET
Un punto de inflexión fue cuando la famosa cocinera Sol Fliman les hizo un pedido. Les comentó que sus barquillos estaban muy ricos, pero que a ella le gustaban crujientes. Ese fue un llamado de atención para el emprendimiento y un impulso para mejorar el producto.
¿Cómo podían hacer para que el barquillo tuviese más durabilidad y crocancia? Chocolate, el bendito chocolate. Al rellenarlos con chocolate lograrían ese efecto.
Juan Pablo recuerda haber estado todo un día buscando con qué implemento podían rellenar el producto hasta que lo lograron. “Rellenamos nuestros primeros barquillos con chocolate, le pusimos el packaging respectivo y un sticker de la Barquillería. Era nuestra versión beta”, dice el emprendedor feliz por lo logrado, mientras vemos como una mujer entra a la tienda con su hijo de la mano para regalonearlo con barquillitos.
El producto fue más que aprobado por sus clientes y decidieron lanzarse con todo. Abrieron un Instagram que les permitió crear esta suerte de comunidad barquillera, y los pedidos aumentaron en un 100-200%, posicionando sus barquillos también en pequeños locales con toques gourmet.
De ahí en más fue un crecimiento exponencial, ampliando el equipo de trabajo para poder cubrir todas las áreas necesarias de la pyme -que además seguía teniendo la parte de la pastelería -pero ahora con el barquillo como producto principal. A tal nivel, que abrieron una fábrica especializada en la comuna de Independencia.
Actualmente tienen oferta presencial en la tienda principal en Vitacura, otra en Lo Barnechea y una nueva en La Reina. En ellas, puedes encontrar sus deliciosos barquillos en su formato original rellenos de chocolate, manjar o sus albicelestes (estilo argento, con cobertura de chocolate blanco y relleno de dulce de leche importado desde Argentina).
Además del formato mini, ideal para darle un toque extra de ternura y dulzura a esta crujiente tentación. ¡Los probamos y estaban increíbles!
Como pastelería, su enfoque son tortas, postres, confites y ahora están haciendo barras de brownies, caramel bar, entre otras cosas. “¡Ah! Y estamos haciendo unos galletones bien ricos”, comenta felizmente el emprendedor. ¡Tiéntate además con sus opciones de helados artesanales que venden en alianza con El Taller!
Con la pandemia disminuyeron mucho las tiendas a las que les distribuían, así es que potenciaron sus canales propios con envíos a través de Rappi, Pedidos Ya y Justo (barquilleria.cl). También, puedes encontrar sus productos en Fork.
AM ÁREA MERCADO
Siguiendo por el camino de la innovación, crearon AM Área Mercado, la evolución de la antigua marca con que empezaron la pastelería, AM Dulcería. La transformaron en un emporio donde venderán platos preparados, barquillos, habrá panadería, y por supuesto, pastelería. La tienda en La Reina será la primera tienda de Área Mercado.
La idea es separar como conceptos Barquillería Esquina y AM, pero que sigan entrelazados como productos. “A futuro estamos viendo la posibilidad de hacer una tienda de puros barquillos”, apunta Juan Pablo ilusionado con especializar aún más la propuesta de Barquillería Esquina.
“Crujientemente” deliciosos, no esperes más para probar estos maravillosos barquillos. ¡Comparte esta Historia con Sabor de @mango.merken con tus amig@s y disfruten junt@s esta dulce tentación!
Dirección: Pedro de Villagra 2309, Vitacura (principal). Sucursales en Lo Barnechea y La Reina.
Horario: Lunes a sábado de 10:30 a 19:00 hrs. Domingo de 10:30 a 18:00 hrs.
Web: www.barquilleria.cl
Instagram: @barquilleria