Imagina vivir en el extranjero y un día te digan que abrió un local de completos. Bueno, Gonzalo Doren y Hans Ewert se propusieron traer a las calles de Chile su símil de popularidad en Alemania, el famoso Döner Kebab. Una comida callejera que causa furor en Europa y ha tenido gran aceptación desde su llegada a nuestro país. Conoce más detalles de su propuesta en una nueva entrega de Historias con Sabor de Mango Merkén.

El Döner Kebab nace en Berlín, capital alemana, cosmopolita, que se caracteriza por la diversidad de actividades que tiene para ofrecer y la gran afluencia de inmigrantes en sus barrios. Uno de los países que más se ha insertado como factor multicultural en Alemania es Turquía. Se instalaron en ese territorio posterior a la Segunda Guerra Mundial, mercantilizando su cocina fresca y nutritiva. Döner significa “que gira” y Kebab, “carne a la parrilla”. Y juntos, fusionan técnica y sabor para dar nacimiento a Döner Kebab, “carne a la parrilla giratoria”. 

La historia cuenta que el emprendedor turco Kadir Nurman, habría adaptado esta tradicional comida de su país, pero servida dentro de un pan del mismo origen. Vendida por primera vez en Berlín, rápidamente se popularizó por su maravilloso sabor y abundancia, además de ser una opción fresca y rápida para comer. 

Inspirados en la rica cultura berlinesa, nos reciben los emprendedores Gonzalo Doren y Hans Ewert, abogado e ingeniero de profesión respectivamente, en la mismísima cocina de “BDK”.

Empapados de aromas y sabores, nos contaron sobre los inicios de su proyecto. Gonzalo, vivió casi dos años en Berlín y Hans también tuvo la oportunidad de conocer el país germánico. Además, Ignacio Manfredini, chef de su emprendimiento y primo de Gonzalo, vivió y trabajó por más de 15 años en diversos restaurantes de Berlín y Europa. Todo esto, dio paso para que la cultura alemana influyera en ellos directamente, apostando a futuro por un producto clásico de su gastronomía. “Es un valor agregado que los tres conozcamos la cultura alemana”, reconocen. 

DE COPIAPÓ AL MUNDO, UN VIAJE MULTICULTURAL

Gonzalo y Hans son de Copiapó. Amigos desde la infancia, ambos conocen perfectamente a sus familias y se definen como un “clan copiapino” muy unido. El primero partió su aventura en el extranjero desde el colegio, yéndose de intercambio a Suiza, donde aprendió a hablar alemán. Idioma que en ese entonces, no sabía que le definiría tanto su vida a futuro. A su vez, Hans estuvo de intercambio en Estados Unidos y conoció Alemania viajando para el mundial del 2006.

Encantado de la cultura europea y con muchas ganas de conocer Alemania, Gonzalo hace otro viaje al “viejo continente”. Específicamente a Berlín, luego de haber jurado en la Corte Suprema en el 2017. Ahí descubrió que tenía un primo (Ignacio), futuro chef de su emprendimiento. Enamorado de la multiculturalidad berlinesa y de los Döner, volvió a Chile con la intuición de intentar algo con esa maravilla de origen turco. 

“Estando allá te das cuenta de que está lleno de chilenos y que aman los Döner. Todos los alemanes lo comen. Desplazó un poco al Currywurst, al Bratwurst, los de ese tipo. Los mismos alemanes nos decían que lo consumen más. Cuando volví dije: tengo que ponerme con un local de Döner”, recuerda Gonzalo.

Ya de vuelta y agobiado de trabajar en un estudio jurídico, le propone la idea a Ignacio, que justo había regresado de Alemania. ¡Qué mejor que alguien que trabajó de lleno en la cocina germana! Buscando convencerlo empezó una búsqueda de socios, pensando inmediatamente en Hans. Este último venía de estar trabajando en empresas ligadas al mercado financiero y también estaba agotado de esa vida laboral. Los tres apuntaban hacia la misma dirección de emprender, así es que manos a la obra –y a la cocina- era el momento de traer los Döner Kebab a Chile.

Aparte del producto, visualizaron el arraigo y nostalgia que podía provocar en la gente que viajó por Alemania u otros países europeos. “Teníamos este público y aquel que no conocía el Döner, que podíamos enganchar fácilmente con este pan grandote con carne, salsas, súper apetitoso”, comentan muy seguros de la cocina por la que estaban apostando.

“Mi mamá me dijo: vas a cambiar ser abogado por vender panes, ¡5 años para vender panes! Y ahora dice: ¡qué bien hijo! ¿me traes uno?”, cuenta Gonzalo, alegre por el sabroso producto que ofrecen.

PREPARANDO LA RECETA DE BERLÍN DÖNER KEBAB

Tanto Gonzalo como Hans conocían la preparación y lo deliciosos que eran, pero llegó el desafío de prepararlo. Estuvieron un año preparando todo, desde la marca comercial, logo, estrategias, etc, hasta la mejor versión del pan y la carne. Le dieron mucho rodaje a acondicionar Berlín Döner Kebab como un lugar donde se respirara la multiculturalidad de la capital alemana, a través de murales, fotos y graffitis representativos. Respecto a la cocina, ambos asumen conocer sólo las nociones básicas y disfrutar de la mejor parte, comer. Pero estaba la idea y con ella, el ímpetu de llevarla a cabo.

Para llegar al pan, intentaron con tres panaderos que no pudieron dar con lo que necesitaban para su Döner Kebab, hasta que Ignacio lo logró después de dos meses de intentos fallidos. “Él tenía un horno en su pieza y su familia lo odiaba porque estaba todo el día haciendo pan”, cuentan riendo. En diciembre del año pasado lograron la anhelada perfección. Un pan sabroso y que al abrirse para el relleno de la preparación, no se desarmara. “Casi nos ponemos a llorar, podías ponértelo hasta en la cabeza y no se desarmaba”, reconocen. Ha sido tan destacado lo que consiguieron, que hoy en día sus clientes les preguntan si venden el pan solo, por unidades.

Luego vendrían las carnes, en Berlín hay proveedores de lo que necesites para vender Döner, pero acá no. Para alcanzar los sabores deseados, fue un largo proceso de desarrollo del adobo y escoger el tipo de carne a utilizar. Confiesan que este es un camino que siguen recorriendo, que si bien están contentos con lo que tienen, siguen experimentando con la receta.

El tema del arriendo del local fue un golpe bajo, pero lograron levantarse. Tenían todo acordado con el arrendatario para instalarse en Barrio Italia y les falló. “Pero bueno, este local en Ñuñoa llegó, así como llegan las cosas cuando tienen que llegar”, dicen felices por haberlo conseguido.

Toda una travesía que culminaría con la apertura de Berlín Döner Kebab en febrero de este año. 

¿BERLÍN DÖNER KEBAB? QUIERO 5, POR FAVOR

Gonzalo y Hans se muestran orgullosos por lo logrado. Su producto es de primer nivel y un homenaje fiel a la preparación alemana. Un equipo de 8 personas que hace todo de forma casera y utiliza productos lo más frescos posibles.

Aseguran que la recepción del público ha sido muy buena, tanto de los vecinos como de la gente que pide delivery desde otras comunas. ¡Es un pequeño Berlín en Barrio Ñuñoa! En BDK encontrarás un ambiente con muchas fotos, graffitis, murales y música que te transportarán hasta las esquinas berlinesas.

Actualmente, tienen Berlín Döner Kebab en sus versiones “Premium” o “Klassik”. Un crujiente pan turco relleno con alguna de sus maravillosas proteínas (carne, pollo, mixto, champiñón, falafel) y 3 irresistibles salsas caseras a elección (ajo, picante y finas hierbas).

Además, cada uno con verduras fritas o frescas -del huerto- dependiendo del Döner que elijas. 

Atent@s al agregado de papas fritas, una trilogía de camote, rústica y normal. Para más detalles y otros acompañamientos como el hummus o el falafel, te invitamos a revisar su menú y opciones de delivery en su sitio web: www.bdk.cl/menu

Recordando la anécdota entre risas, una vez llegó una niña a comprar al local. Siempre les interesa saber cómo llegaron a saber de este o quién los recomendó. Días atrás, el papá (alemán) pasó por afuera y se volvió loco. ¡Le pidió que fuera a comprar 5! “Obvio, es como si en Alemania se pusiera una cuestión de completos bien céntrica. ¡Todos corremos!”, dicen imaginándolo. 

Algo importante a recalcar, preocupados por el posicionamiento y referencia de su emprendimiento, es la dedicación que le han puesto a la experiencia de post venta. Si alguien tuvo una mala experiencia, se busca entregar una solución. Saben que están aprendiendo y por eso el feedback de las personas es clave. 

SCHOP + BERLÍN DÖNER KEBAB: EMBAJADORES CULTURALES DE ALEMANIA EN CHILE

Lo que se viene sí o sí es un segundo local, ideal con terraza. En el actual no cuentan con una y creen fielmente que lo mejor de su producto es comerlo al paso. Apuntan a posicionarlo en Providencia, Las Condes o Vitacura. A raíz del tránsito de extranjeros y la popularidad que tiene el producto entre los residentes de dichas comunas, debido a sus viajes al exterior. “Mucha gente de allá nos pide, lo tenemos más que estudiado”, reconocen.

El proyecto magno sería habilitar la terraza con patente de alcoholes y traer tres cervezas clásicas de Alemania. Schop + Döner, para sentirse literalmente en las calles de Berlín. 

“Pase lo que pase, ya quedamos como pioneros del Döner acá en Chile. Lo mejor es cuando la gente nos dice: no lo puedo creer, pensé que era mentira. Han venido hartos alemanes también al local, o piden y dicen: ¡oh, por fin tengo un Döner!”, comentan felices por lo logrado.

En algún punto, les gustaría posicionarse como embajadores culturales de Alemania. No sólo vender el sándwich, también vender la experiencia y trasladarse a un pequeño Berlín. Que sea un punto de encuentro para alemanes, descendientes o simplemente quienes hayan viajado para allá y quieran renovar un vínculo a través de su gastronomía.

Buscando mucha interacción con el público, usan muchas palabras en alemán. En la carta, en el local y en las redes sociales. “Queremos enseñar cómo pedir un Döner en alemán, para que el que venga y lo pida, se lleve un postre gratis”, cuentan motivados por la idea. 

Ya te lo imaginaste y te tentaste con sus fotos. Ahora te toca probarlos, sigue a @bdk.cl para estar atent@s a todas sus novedades, además de interactuar con su entretenida cuenta. Comparte esta nueva entrega de Historias con Sabor de @mango.merken y vivan la verdadera experiencia de la gastronomía turco-alemana.

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Web: www.bdk.cl

Dirección: Irarrázaval 1520, Santiago. 

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