Con ingredientes como chañar, guayaba, yuzu, murta, calafate, rica rica, bergamota y lavanda, Camila Fiol ha elaborado una línea de productos que fusionan sabores auténticos, locales y de temporada. Desde gomitas veganas y macarons, hasta helados soft, son parte de su propuesta en Fiol Dulcería, una confitería que que sorprende paladares con sus caramelos de autor.
Esta dulce Historia con Sabor tiene como protagonista a la chef Camila Fiol quien deslumbra con una confitería que combina tradición y modernidad ofreciendo creaciones que despiertan los sentidos con sabores únicos, naturales, locales y exportados.
Tras su reciente apertura en el MUT, Camila nos recibe en la terraza de su primera tienda ubicada en plena Avenida Condell en Barrio Italia. Se trata de una tienda pequeña y acogedora con una cocina a la vista del público, donde puedes elegir tus golosinas favoritas mientras observas el arte de la cocina de Fiol Dulcería.
Mientras hacemos el registro audiovisual, Camila nos cuenta su pasión por la repostería y su propuesta en torno a sus inigualables preparaciones como sus calugas de queso azul y nueces; gomitas de durazno y yuzu; macarons de amapola, choco frambuesa y lavanda; mantecado de avellana europea, café y barquillo. Además de helados italianos y soft que cambian semanalmente.
Repostera de corazón
Oriunda de la quinta región, Camila relata que desde pequeña le llamó la atención el mundo de la repostería. “Recuerdo cuando tenía unos 6 años. Me entretenía haciendo pasteles con barro. En un plato, ponía tierra como si fuera una torta de chocolate y la decoraba con ciruelas que sacaba de un árbol que había en mi casa”.
Con el paso del tiempo confirmó ser una apasionada por la gastronomía, metiendo las manos en la masa, literalmente. “Desde chica empecé a cocinar y a investigar cómo hacer distintas preparaciones., Hacía queques, brownies, tortas. Siempre supe que quería dedicarme a algo relacionado a la cocina”, cuenta Camila.
Al salir del colegio, la decisión fue clara y estudió gastronomía en la Escuela Culinaria Francesa (Ecole). Tras graduarse en 2008, comenzó su carrera en el Hotel W hasta que un amigo le dio el dato de que estaban buscando personal en Boragó; donde fue seleccionada para trabajar en la sección de entradas.
“Me gustó lo que hacían con los postres, helados y petit fours, pero siempre eran los mismos. Por cosas de la vida terminé siendo la jefa de pastelería y comencé a experimentar con diferentes sabores como marshmallow de betarraga y cuchuflis con manjar de cabra”, detalla.
Nuevos sabores y experiencias
Luego de dirigir la pastelería del mencionado restaurante durante tres años, empezó a rondar las ganas de independizarse y comenzar su propio proyecto. En 2013 surgen los primeros productos de Fiol Dulcería, siendo los macarons quienes dieron el puntapié inicial, y gradualmente, se fueron incorporando las gomitas, calugas y marshmallow.
El living de la casa de su exsuegra fue la sede de la pastelería durante los primeros meses. Período en el que participó en ferias de emprendedores, municipales y gastronómicas. Al poco tiempo de emprender, le surgió la oportunidad de irse a hacer un máster de pastelería moderna en Basque Culinary Center; ubicado en San Sebastián, España. “Ya había equipado la cocina con todos los implementos nuevos y en menos de un año, me surgió esta oportunidad. Vendí todo y me fui”, relata Camila.
Una vez terminada aquella especialización le ofrecieron ser ayudante del mismo curso. Además, trabajó en el área de investigaciones y desarrollo de la universidad. “Hacía papers científicos gastronómicos en inglés, de elementos que se usan en la cocina como fermentaciones, hierbas silvestre, entre otras cosas. Al siguiente año comenzó de nuevo el máster y me ofrecieron ser profesora. Hice las clases y en 2017 me devolví”, apunta.
Dulce camino
En el transcurso de la conversación con Mango Merkén Editorial, llega un delivery a buscar productos para la sucursal del MUT. Mientras Camila entrega la caja, nos comenta que todos sus caramelos y helados los preparan en este local; por lo que diariamente debe organizar los envíos.
De regreso en Chile y retomando la entrevista, cuenta cómo fue retomar el proyecto de la dulcería. “Al principio instalé una cocina en la casa de un amigo. Después, tuve una dark kitchen en un galpón que estaba en Bellavista con Patronato”. Para ese entonces, todos sus productos se vendían por delivery y ferias de emprendedores.
En 2020 llega la pandemia y cierra el galpón donde hacía todas las preparaciones. “Ese tiempo fue un caos porque a una semana de que anunciaran que iban a cerrar todo, era la Feria del Sánguche. El año anterior había hecho el récord de ventas de los emprendedores. Entonces, armé el doble de producción y no fue nadie. Me quedé con todo”, recalca.
Dentro de las primeras semanas de confinamiento, Camila sacó los permisos para hacer delivery y comenzó a vender online., “Un día terminé vendiendo 200 cajas y en 20 minutos se agotó toda la producción de un mes. La gente quería muchas cosas dulces y estuve vendiendo así harto tiempo” expresa entre risas.
Creatividad en cada bocado
En 2021 en Barrio Italia inauguró el primer local de Fiol Dulcería en un espacio que tiene la cocina a la vista del público, donde se puede apreciar todo el proceso que conlleva realizar sus caramelos.
Uno de los sellos distintivos de su propuesta es su capacidad de innovación con sabores que te hacen vivir una verdadera experiencia, donde puedes encontrar gomitas de sabores como papaya, rica rica, frutilla y carmenere; chirimoya y clementina; entre muchas más. Asimismo, ofrecen chocolates, malvadonas, macarons, galletas, helados, mantecados, calugas y cajas que tienen de todo un poco
Entre sus creaciones más populares se encuentran los helados soft. Un producto que sorprende paladares con sus sabores que cambian semanalmente. En esta oportunidad, Camila estaba por preparar el de sopaipillas pasadas y tuvimos el placer de probar el de terremoto y empolvado.
“Los helados soft nacen porque cuando era chica me encantaban, pero dije: cómo nadie más va a tener otros sabores que no sea el típico de vainilla, frutilla y chocolate. Para hacerlos hay que hacer una mezcla que se hace mediante una formulación matemática que mide los parámetros de cada ingrediente. Cuánta grasa tiene, el porcentaje de agua, de azúcar, si tiene alcohol, etc”
Pasión y sabor en Fiol Dulcería
Además de la dulcería, Camila hace clases en el último semestre de cocina en Le Cordon Bleu; que se suma a los cursos y capacitaciones que imparte en el extranjero, tanto a restaurantes como a cocineros, que buscan perfeccionar su técnica en pastelería.
Debido a su amplia trayectoria, fue nombrada entre las 100 mujeres más influyentes de latinoamérica y está dentro de “50 Next Class of 2022”, la lista anual de jóvenes promesas en el mundo de la gastronomía. Además ha sido destacada en revistas como Chef & Hotel, Hola.com, Wiken, 7 Caníbales, entre otras.
En cuanto a sus planes a futuro, pretende seguir ampliando su gama de sabores, ingredientes y texturas nuevas; además de incorporar más productos sin azúcar y veganos.
Comparte con tus amig@s esta dulce Historia con Sabor de Mango Merkén y no te quedes sin probar las increíbles preparaciones de Fiol Dulcería.
Instagram: @fiol.dulceria
¿Dónde? Av. Condell 1065, Providencia / Av. Apoquindo 2730, piso -2, Las Condes