Atención de primer nivel y compromiso con el cliente. Un equipo que supo sortear los golpes tanto del estallido social como de la actual pandemia. Tacos, burritos, enchiladas y chilaquiles, entre frijoles, guacamole, salsa jalapeña y margaritas. Todos ingredientes fundamentales de la gran familia de El Zócalo Chile, la franquicia que aterrizó en nuestro país hace algunos años para darte a experimentar la auténtica cocina mexicana. Te invitamos a degustar esta nueva HISTORIA CON SABOR llena de delicias provenientes de tierras aztecas.

“Vive la experiencia de la auténtica cocina mexicana en Chile”. Así se presenta El Zócalo Chile, un restorán que combina delivery y terraza para envolverte en sus preparaciones. Sí, envolverte literalmente en sus tacos y burritos característicos de dicha gastronomía.

Como equipo de Mango Merkén nos trasladamos hasta su sucursal en Providencia, a pasos del metro Salvador, para comprobar los buenos comentarios que habíamos escuchado sobre sus platos y saber la historia que hay detrás de su éxito. Nos recibieron las salvadoreñas Marcela Rivas y Felicita Peña, socias fundadoras de El Zócalo Chile, junto a sus nuevos socios el venezolano Luis Fernando Cortez y el hondureño Mario Giron.

Mientras nos acomodábamos para indagar en la historia del emprendimiento, gente llegaba al lugar con ganas de pasar un buen rato, ordenando margaritas y tradicionales cervezas mexicanas para abrir el apetito. La llegada al local es una explosión de colores. Cada detalle está pensado para generar en ti felicidad, comodidad y que te sientas en casa. La atención es inmediata y con una sonrisa que desborda las ganas de ordenar altiro una porción de nachos con guacamole. Y con un tequila margarita, claro.

El Zócalo

El Zócalo empezó como marca en El Salvador, en 1991. Casi 30 años de trayectoria, que lo han llevado a posicionarse como un referente de la gastronomía mexicana en el extranjero, y hoy en Chile. Su arribo comienza a gestarse desde que Marcela y su madre, Felicita, viviendo en el país centroamericano, se convirtieron en fans del local. “Íbamos a comer mínimo entre una y tres veces por semana. Cuando nos mudamos a Chile, cinco años atrás, notamos que había una gran falta de comida mexicana, y lo poco que había, no era bueno”. Estamos hablando hace 5 años. Ahí fue que empezamos a decir que sería genial que existiera un buen restaurante”, dicen mientras probamos las riquísimas Momias Poblanas, Burritos Jr. ligeramente fritos rellenos con frijoles, queso fundido y proteína a elección, envueltos en una lámina de tocino, salsa roja, cebolla encurtida, cilantro, queso rallado y acompañados de guacamole.

En esas idas a El Zócalo en El Salvador, comenzó a formarse una relación de amistad entre Felicita, Marcela y sus dueños. “Íbamos tan seguido que ya nos tenían identificadas”, cuentan riendo. Ya instaladas en Chile, recibieron la visita de una de las hijas de los dueños que andaba de vacaciones en nuestro país. Fue inevitable mencionar lo mucho que extrañaban las preparaciones de El Zócalo y que les encantaría que existiera acá. A los meses las llamaron con una propuesta para traerlo. En un principio, lo que querían era ayudarlos a montar una franquicia acá. Sólo querían tener esa sabrosísima comida a la mano, pero el destino quiso que se terminaran asociando de forma definitiva.

El Zócalo Chile abre el 2018 en Providencia, a la altura del metro Pedro de Valdivia. Antes de eso, Felicita y Marcela se dedicaban a vender ropa. Importaban la mercadería y la vendían. Pasaron de un rubro completamente diferente a la gastronomía. 

“Dimos el salto y dijimos: ya, démosle. Arriesguémonos, es un mundo completamente aparte, pero nos gusta el concepto, creemos en la marca, en la idea, en las recetas”, recuerdan.  

Servicio de primera

Fue difícil, al principio no sabían de todas las limitantes que existían. La burocracia con los permisos municipales, patentes, trato con arrendatarios, entre otras. Además, hace algunos años la comida mexicana no era tan conocida, o al menos era lo básico y se consumía erróneamente. “Nos tocó hacer un gran trabajo de educar al consumidor. ¿Qué es un taco, cómo se comen los tacos, no se comen con cubiertos? Sí, lleva cebolla. No lleva mayonesa ni ketchup”, remarcan enfáticamente dándonos a probar una de las especialidades de la casa, los tacos Pancho Villa, taquitos de tortilla de maíz ligeramente fritos con la proteína que desees, queso fundido, salsa roja, queso rallado, frijoles y guacamole. ¡Una explosión de sabores! 

Inclusive, cuando quisieron arrendar el local, el dueño les dijo prácticamente que su idea no era tan buena porque la comida mexicana nunca había sido “boom” en nuestro país. “Yo prefiero arrendárselo a un Subway. Prefiero una cadena de restaurantes porque no sé qué pueden ofrecer ustedes para que esto sea exitoso”, les decía. La respuesta fue precisa y tajante, haciendo referencia al buen servicio que podían ofrecer. 

Como comensales extranjeros, veían que en Chile el servicio no era primordial. “Podemos conseguir gente que haga un buen servicio, además de una buena comida, y esa va a ser nuestra bandera para navegar”.

El inicio fue muy rocoso, difícil, pero con los meses fueron ganando clientela. Despertaron la curiosidad y apetito de la gente por la comida mexicana. Después de un proceso de educar al consumidor, empezaron a recibir aceptación por parte de los clientes. “La gente buscaba cosas que no comen a diario”, recuerdan.

Nunca habían probado la sopa de tortilla, por ejemplo. Ya un clásico de su local, es una sopa a base de tomates, caldo de pollo con trozos de palta, crema, queso fundido y tortilla de maíz rallada, servida dentro de una hojuela de tortilla de harina, una locura. Los empezaron a llamar de programas de televisión, y de repente, apareció un reportaje en El Mercurio. “El tipo se sentó, nadie lo conocía y empezó a pedir comida, nosotros sin saber quién era. Nos calificó con 6 de 7 y eso nos agarró en una curva ascendente de crecimiento y popularidad”, remarcan.  

Dicha popularidad venía demarcada por su promoción de “tacos a luca”. Ahí implementaron este concepto de “Street food”, comida callejera, porque veían la necesidad de la gente de conseguir comida rápida, al paso, pero sabrosa. 

Consolidando el equipo de El Zócalo Chile

Del estallido social salieron fortalecidos. Fueron de los pocos lugares que se mantuvieron abiertos a toda costa, siendo a veces la única opción gastronómica por el sector de Providencia. Dichos momentos fueron consolidando la familia de El Zócalo Chile. “Fue la época en la que tuvimos que llevar a todos los empleados a sus casas porque no había transporte. Llegamos a meter hasta 13 personas en una camioneta, no podíamos dejarlos a la deriva entre barricadas y desmanes”, afirman.

Reconocen haber tenido la suerte de que les tocara un equipo apañador. O tal vez no suerte, sino la buena elección del personal y lograr la identificación con la marca y el proyecto. “De verdad un equipo que ha estado en las buenas y las malas, y en las peores”, dicen.

Después del estallido, las ventas se regularizaron e iban en ascenso. Fue un verano lento por el éxodo de gente por vacaciones, pero en marzo venían repuntando hasta el comienzo de la pandemia en Chile. Fue todo radical, el cierre de un día para otro no lo entendían. Eso sumado al pánico por los contagios, determinaron una situación de incertidumbre para el futuro del local. Aparte, no sabían por cuánto tiempo tendrían que cerrar.

La decisión fue la correcta, reinventaron el negocio adaptando cuatro “dark kitchen”, ubicadas en La Florida, Providencia, Santiago Centro y Vitacura. Estas últimas son cocinas de restoranes escondidas, o a puertas cerradas, que elaboran los mismos platos de su carta, pero no cuentan con mesas, ni garzones, ni comedores, ya que solo entregan su comida en formato delivery.

Todo el personal que estaba flotante se re ubicó en las cocinas, los garzones aprendieron a cocinar. ”Por eso siento que nuestro equipo es lo máximo, porque hasta en eso nos han apañado”, cuentan haciendo un salud con las clásicas margaritas mexicanas. Cuando les dijeron a los garzones que no había pega y sólo necesitaban jefes de cocina, todos se pusieron a disposición para aprender y enseñar. Claro, la gente de cocina hizo un gran trabajo capacitando al personal. Y ellos mismos, comandando pedidos en el computador, manejando aplicaciones, algo que nunca les había tocado. 

Fue un magnífico trabajo en equipo que les permitió convertirse en profesionales mucho más integrales. Hasta han notado que los platos salen mejores, por la retroalimentación de conocimientos y detalles que hay entre el personal. 

Actualmente, están atendiendo en su local en Providencia que cuenta con esta terraza llena de colores y bien ambientada, que les contábamos anteriormente. Además, el delivery sigue más activo que nunca en todas sus sucursales, con opciones para armar picnic de tacos en casa o recetas de margaritas ya preparadas, que tuvimos el privilegio de probar. Clásica, maracuyá, blue y jamaica. 

Próximamente, El Zócalo abrirá un nuevo restaurante con terraza en Vitacura. Atentos a sus novedades durante el mes de febrero. Dado el éxito que han tenido llevando su cocina a más lugares de Santiago, están barajando la posibilidad de abrir más sucursales en otros sectores, como Macul o Ñuñoa.

Quedamos maravillados con el festín de sabores que El Zócalo Chile tiene para ofrecer. Comida riquísima justamente en sabores, como en la cultura mexicana detrás de ella. Síguelos en redes sociales @elzocalocl y entérate de todas las novedades y promociones que tienen. ¡Dale, wey! Comparte este post con tus amig@s e invítalos a deleitarse junto a unas margaritas con esta nueva entrega de HISTORIAS CON SABOR de @mango.merken

Dirección: Terraza ubicada en Av. Providencia 455, Providencia. Sucursales para delivery ubicadas en Providencia, Santiago Centro, La Florida y Vitacura.