Qué mejor invitación para este invierno, que pasar un dulce momento en La Fábrica de Churros de la ingeniera comercial y chef, Marcela Boher. Esta amante de los sabores dulces llevó su pasión a otro nivel, perfeccionando su receta a tal punto de autodeclararse La Reina del Churro, e incorporando una exquisita oferta de helados artesanales. ¡Tu felicidad invernal la tienes al alcance de la mano, disfrútala con una nueva Historia con Sabor!
Un día en la oficina de Mango Merkén, pensando en los sabores y tentaciones que genera esta época del año, alguien pensó en churros: “¡Sí, churros! Necesitamos una historia con sabor ‘churrera’”, dijimos.
Un miembro del equipo tenía los mejores recuerdos de una tarde en La Fábrica de Churros Boher, donde pudo disfrutar de la perfección y sabor de su receta. Nos contactamos con Marcela Boher, la emprendedora detrás de este local pero por sobre todo, amante de los churros.
Felizmente nos invitó a conocer en detalle su Historia con Sabor. Ubicada en Vitacura, esta increíble fábrica se encuentra en lo que sería el garage de su casa, dándole todo ese calor hogareño a su propuesta. Inmersa en un jardín con mucho verde, en la entrada vemos niños gozando la felicidad que provocan estos churros.
Nos recibe Marcela junto a su perrito Bailey y una porción de churros en mano, reafirmando su fanatismo por esta dulce tentación.
DESPERTANDO LA CURIOSIDAD EN LA COCINA
Marcela Boher es chef y fundadora de La Fábrica de Churros Boher, una churrería y heladería con venta al detalle y mayorista a empresas, restaurantes, cafeterías y productoras de eventos.
Marcela estudió ingeniería comercial en la Universidad Diego Portales. Ya titulada trabajó para un par de empresas de telecomunicaciones, hasta que la “llama” de su espíritu aventurero se encendió y se fue dos años a Brasil como instructora de parapente, deporte que había aprendido hace algunos años en Chile. ¡Casi como visualizando con la mejor perspectiva posible lo que estaría por venir!
De vuelta en Chile, en 2002 decidió estudiar gastronomía. “Siempre fui muy de manualidades”, dice recordando una época en la que hacía velas.
Y también siempre fue curiosa en la cocina: “Me cargaba que me salieran mal los postres, entonces desde chica empecé con el bichito. En mi casa no cocinaban mucho, pero yo era bien repostera”, reconoce.
UN VIAJE HACIA LA TIERRA PROMETIDA DE LOS CHURROS
Aparte de los postres, su primer encuentro con la cocina sería a través de la banquetería. Después de dedicarse unos años a esta actividad, por el tiempo que le tenía que dedicar más sus labores de madre, tuvo que reinventarse. Volvió a sus raíces con los postres, ofreciendo distintas opciones congeladas para restaurantes. “Eran muy buenos y de muy buena calidad, todo casero: volcanes de chocolate, cheesecake de distintos tipos y suspiros limeños”, comenta saboreándolos aún.
Mientras hacía eso –en 2015- en un grupo de ex compañeras de curso una preguntó por los churros que una chica solía hacer. “Ya no los hace”, respondieron. Y en esa respuesta, Marcela encontró una gran oportunidad. Se ofreció a hacerlos, a pesar de que nunca lo había intentado.
“Es súper difícil hacer churros, estuve un año y medio haciendo churros horribles”, señala riendo. “Tenía una máquina bien precaria y al final sufría un montón rebuscándomela para hacerlos”, añade. Marcela le vio mucho potencial a esto, pero la clave estaba en perfeccionar la receta. En definitiva, lograr hacer unos churros de lujo.
Y para eso, en 2016 esta amante de los sabores dulces emprendió un viaje hacia la tierra prometida de los churros: España. “Tuve que conseguir plata por todos lados porque es cara la inversión en estudios y maquinaria”, dice agradeciéndoles a quienes la ayudaron en su momento.
Sin entrar en mayor detalle (ya vamos con un Todo sobre el Churro en Mango Merkén), Marcela apostó por la versión que los españoles perfeccionaron. “Cuando llegué a España y probé los churros, dije: de verdad que es otra cosa. La harina, la técnica y las máquinas que usan allá son muy top. Estuve un par de semanas capacitándome y me traje mi primera maquinita”, recuerda feliz por haber hecho esa inversión.
PERFECCIONANDO LA RECETA DE LA FÁBRICA DE CHURROS BOHER
En 2017 y ya con la primera máquina andando, La Fábrica de Churros Boher iniciaría su transición al éxito. Un éxito que vino acompañado justamente de la perfección en la receta y la apuesta por maquinaria especializada. “Cuando partí había más proveedores, pero a medida que me quedaban mejor los churros fui creciendo y empezó a llegar mucha más clientela”, recalca la emprendedora.
La fábrica de churros comenzó su historia como toda empresa pequeña, fabricando a mano y con dos personas a cargo. Pero a medida que invirtieron en maquinaria especializada y automática, les permitió llegar a un mercado mayorista totalmente abandonado en nuestro país, donde la calidad estaba muy por debajo de lo que elaboran hoy en día.
“Desde que comenzamos con los churros hemos ido aumentando nuestro personal en un 700% a la fecha. El producir más cantidades, nos permite llegar a otros mercados que antes no podíamos y esto nos lleva a tener más trabajadores. En un comienzo logramos hacer 150 churros al día. Hoy hacemos 20.000 churros diarios”, declaran con orgullo en su sitio web.
CHURROS Y HELADOS ARTESANALES PARA TODA LA FAMILIA
Si bien el éxito de esta propuesta gastronómica vino desde el lado mayorista, una tarde de 2018 Marcela puso atención a las risas y “jugueteos” de los niños con sus familias en la plaza al lado de su fábrica.
¡Era la combinación perfecta para acercar aún más su marca a la comunidad! Y mejor aún, agregando otra dulce tentación. Helados artesanales bajo su propia marca: Dolce Milano. “Abrí la reja de mi casa, saqué los permisos necesarios y armé en el patio el mejor lugar para disfrutar nuestros churros”, apunta Marcela armando un churro pop; el preferido de los niños.
Este éxito ni siquiera se vio apagado por la pandemia. Por cosas del destino, esta emprendedora hace años que quería abrir una tienda online. Y para no creerlo, esta tuvo su lanzamiento oficial el 28 de marzo de 2020, días después de la primera cuarentena.
“No paraban de llegar pedidos todos los días. Vendí mucho, la gente nos conoció y con el tiempo y las reaperturas este público nuevo empezó a venir al local”, comenta sonriendo y observando cómo las familias disfrutan de su emprendimiento.
VUELVE A SER NIÑO CON UN CHURRO POP
En La Fábrica de Churros Boher, encontrarás churros frescos y congelados para freír o fritos para calentar en el horno, y una exquisita oferta de helados artesanales. Desde paletas y sabores particulares como canela, limón-menta y jengibre o el de kumquat; un fruto cítrico proveniente de un árbol/arbusto frutal de la casa de Marcela, similar a un naranjo enano.
Marcela invita a todos a tentarse con un sándwich de churro con helado que puedes devorarte incluso en invierno. Todos sus productos cuentan con envíos a regiones y despachos en todo Santiago vía delivery. Disfruta sus formatos mini, xl, en forma de lazos, de corazones, rellenos o sin relleno. Y la posibilidad de maximizar esta dulce tentación comprando sus cajas de churros. Encuentra toda esta oferta “churrera” y “heladera” en su menú online.
Nosotros probamos los clásicos churros sin relleno en versión mini y xl, y unos rellenos con manjar y otros con nutella. ¡Increíblemente sabrosos! ¡Nos sacaron todo el antojo “churrero” que teníamos! Además, viendo la felicidad de los niños mientras lo comían, nos tentamos con un churro pop: una paleta de churro con manjar y mostacillas de colores. ¡Riquísimo!
Tanto a corto como a largo plazo Marcela apunta a mantener la calidad de sus productos, entregando felicidad con sus churros a la perfección y helados artesanales.
¡Felicidad en forma de churro para toda la familia! Comparte esta Historia con Sabor de Mango Merkén con tus seres queridos e invítalos a disfrutar de un dulce momento en La Fábrica de Churros Boher.
Dirección: Los Rododendros 9886, Vitacura, Santiago
Horarios: lunes a domingo de 9:30 a 20:00 hrs
Instagram: @la_fabrica_de_churros
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