A través de deliciosos waffles dulces en paleta o salados en formato sándwich, Happy Days Waffles busca poner de moda la felicidad sacando sonrisas con sus preparaciones. Tanto su historia como productos no te dejarán indiferentes. ¡Te invitamos a descubrir la Historia con Sabor de Happy Days Waffles!
Pongamos de moda la felicidad, ese es el lema del emprendimiento de Sergio Sanz y Angie Fernández, dos de los tres socios españoles que lideran el proyecto de Happy Days Waffles, tienda especializada en waffles belgas.
Sergio es una persona muy activa, inquieta y curiosa. Angie por su parte, vive la vida con pasión, la aburre la monotonía. “Me encanta explorar, por eso me gusta viajar y hacer cosas nuevas”, dice.
Viajar juntos hizo que consolidaran mucho su relación amorosa y laboral, en base a una convivencia dura y pura. “La verdad es que lo llevamos bien. Ella tiene sus puntos fuertes, yo mis puntos fuertes y nos potenciamos. Cada uno sabe lo que hace mejor y lo hace”, comenta Sergio.
EL VIAJE
Hace dos años llegaron a Chile, pero la aventura comenzó mucho antes. Angie es de Cáceres, él de Soria. Ambas son pequeñas ciudades de España, pero con encanto y magia, aclaran. Desde ese lugar del mundo, dieron inicio a un viaje de seis años, donde visitaron Australia, Canadá, Costa Rica, Francia, India, entre muchos otros lugares. En cada una de estas estaciones, se empaparon de recetas y experiencias en el mundo gastronómico, apostando por trabajar principalmente en cocina.
Una particularidad de ambos es que ninguno estudió cocina. “Yo soy Ingeniera Agrónoma y él, Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Terminamos la universidad en aquel tiempo de crisis del 2008, y como no había trabajo, empezamos a viajar. Para tener dinero durante el viaje empezamos a trabajar en cocina, algo que nos gusta hacer y se nos daba bien. Trabajamos con muy buenos chefs que nos enseñaron mucho”, dice Angie.
Ante la crisis hay oportunidad y dicho período fue el que los empujó a tomar la decisión de emigrar. “En aquel momento era lo típico de que estudias una carrera, trabajo, casa, etc. Pero nosotros decidimos viajar, primero por toda Sudamérica. Ahí le agarramos el gustito, empezamos y no paramos”, recuerdan.
Eligieron Chile para emprender porque el hermano de Sergio ya vivía acá. Además, la estabilidad que tenía el país dentro del contexto latinoamericano, sumado a las facilidades que existen para abrir un negocio fueron las razones que decantaron para encontrar en nuestro territorio su nueva casa. “En otros lugares te piden muchísima burocracia, como en España. Aquí es más fácil eso. Por eso elegimos este país hace dos años y cuatro meses aproximadamente”, puntualizan.
CONOCIENDO LOS WAFFLES
De todas las experiencias gastronómicas que descubrieron durante su viaje, la receta de waffles y lo que transmiten fueron los dos conceptos preponderantes para decidir hacer de eso su negocio.
En Francia, en un hotel boutique, conocieron una pareja de chefs. Ella, pastelera, y por su origen belga, tenía una receta de gofres, como se dice waffles originalmente. “Ella nos dio a conocer el producto, la receta, y nos inspiró. Por eso nosotros hacemos recetas belgas y utilizamos azúcar perlado traído directamente desde allá”, aclaran.
“Todo fue un proceso, no crean que fue como: nos vamos a Chile y haremos waffles en paleta, no fue así. Ok, nos dejamos caer en Chile, ¿qué se come aquí? Nosotros veníamos con la idea de hacer algo español, de hecho probamos con paellas en un principio”, dicen. Vieron que el público chileno se estaba interesando en los waffles belgas y para hacerlos distintos los hicieron en paleta…
“Los españoles le metemos un palo a todo, eso lo tienes que saber. El waffle tenía que ir con un palo”, dicen entre risas. En definitiva, crearon una fusión de una característica española con la receta belga.
“El waffle en Bélgica es como una sopaipilla aquí”, explican. Es comida de calle, hay carritos que los venden calentitos y otros fríos. Dependiendo de dónde vayas en Bélgica hay distintas masas, distintas recetas. Es como aquí con las sopaipillas. El waffle de Lieja es más crocante, el de Bruselas con más aire, más esponjoso.
HAPPY DAYS WAFFLES, PONGAMOS DE MODA LA FELICIDAD
Sacar una sonrisa a través del producto es por definición lo que busca Happy Days Waffles. Intentan transmitir la cultura de la felicidad y lo ven reflejado en los rostros de sus clientes cuando les entregan sus pedidos.
Comenzaron el 25 de julio del 2018 en Bellas Artes. La cosa anduvo bien y el 25 de julio de 2019 inauguraron su segundo local a pasos de Plaza Ñuñoa, sí, exactamente un año después.
Este año, abrieron una tercera sucursal en Osorno. “Mucha gente nos empezó a preguntar por la franquicia. Nosotros no lo teníamos considerado, pero entonces dijimos: si tanta gente nos pregunta, vamos a hacerlo”, comentan. Estuvieron a punto de abrir un local cerca del Apumanque, pero cuando estaba casi todo listo, el franquiciado se echó para atrás. Y luego en febrero, unas mujeres de Osorno se pusieron en contacto interesadas en llevar la marca a la ciudad. Analizaron la zona, tenía bastantes habitantes, el clima encajaba con el tipo de producto, por lo que les dieron la franquicia. Por la pandemia la apertura tardó un poco más en realizarse, pero ya están funcionando con buenos resultados.
Sus preparaciones son diferentes por el tipo de masa y el cuidado de los ingredientes, por ejemplo: el azúcar perlado lo importan directamente desde Bélgica y utilizan un novedoso diseño en forma de panal de abeja. Su producto estrella es el “Waffle Pops”, que viene en paleta, para comer cuándo y dónde tú quieras sin ensuciarte las manos. “Todo el mundo viene por ese”, dicen.
En nuestra visita probamos “Sueños de Oreo Ice Cream”, sabroso waffle en formato helado de cookies & cream, bañado en crema de Oreo, galletas Oreo y chocolate blanco. También el “Dulce Pecado”, waffle bañado en chocolate, frutilla fresca, marshmallows y leche condensada.
Por último, un exquisito “Milkshake Frutilla Lovers”, combinación perfecta de frescura y dulzor para estos días de calor, que también viene con su respectivo waffle.
“Nuestro fuerte son los waffles dulces”, comentan. Introducir waffles salados ha sido un desafío para ellos, pero aclaran que una vez que el cliente lo prueba, vuelve. Como el waffle sandwich vegetariano, con tomates cherry y zapallo, bañado al horno con orégano y aceite de oliva, albahaca, queso ricota y mix de hongos verdes, que también tuvimos la suerte de probar.
“Si vienes, no te vas indiferente de aquí. Te vas a quedar con el lugar y con lo llamativo del producto. En el fondo eso es lo que queremos, hacer un click en la persona, que venga a vivir la experiencia de comer algo rico en un sitio agradable. Que la felicidad existe y hay que palparla”, concluyen.
¡Y qué mejor que disfrutando un delicioso waffle!
Puedes disfrutar de sus exquisitas preparaciones en sus tres locales:
Santo Domingo 553, Bellas Artes: martes a domingo de 13 a 21 hrs.
Dublé Almeyda 3575, Ñuñoa: lunes a domingo de 13 a 21 hrs.
Eleuterio Ramírez 663-A, Osorno: lunes a domingo de 14 a 22 hrs.
O a través del servicio de delivery por Rappi, Pedidos Ya y Uber Eats.
Para más información te invitamos a visitar su página web y a seguirlos en su cuenta de Instagram: happydayswaffles.cl y @happydays_waffles
Texto por Lucas Avilés
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