Mala Mía: cocina armónica, fresca y natural

Ir a conocer la terraza de Mala Mía es tomarse unas vacaciones en la ciudad. Esta  cocina te lleva a probar una experiencia que desafía lo habitual, y que al mismo tiempo, es completamente armónica; desde el ambiente hasta el plato que llega a la mesa. Todo esto en un espacio ideal para los amantes de las plantas y el buen comer. 

En el lugar nos recibió Tamara, nutricionista de profesión; quien acompañada de Felipe, su esposo, e interesada en alejarse de la típica línea alimenticia regularizada por tablas, calorías y el peso de las personas, buscó la manera de generar un cambio real y significativo en los diferentes estilos de vida. Una cocina rica y natural…

Foto: Mango Merkén

¿Habías escuchado hablar de la mechada con cáscara de plátano? ¡Aquí la probamos y nos volvimos fanáticos de la preparación!. Por eso y más, te invitamos a conocer todos los ingredientes que le dan vida a su Historia con Sabor.

Es un secreto a voces que el amor por la cocina puede surgir de los lugares más inesperados y florecer entre pequeños detalles. En el caso de Tamara, a temprana edad, el mundo de la pastelería la cautivó; llevándola a hornear los primeros bocados de su creatividad con tan sólo 11 años. 

Como un antojo dulce que llega sin avisar, esta inspiración rompió el esquema familiar con un gustito por el mundo de la cocina, tal como ella nos menciona: “Mi mamá nunca fue muy amiga de hacer preparaciones y nadie en mi familia está interesado en todo lo que hay detrás, pero yo siempre fui una vieja chica. Sola me interesé en ir aprendiendo”.

Foto: Mango Merkén

Desde ese momento, kuchenes, queques y pies de limón se convirtieron en unos infaltables de la mesa familiar. Pero, no sólo el horno, la harina y el azúcar fueron sus mejores aliados, sino que también el lápiz y la agenda. Cada mañana ーsin falta ー anotaba paso a paso los detalles, las ideas y recetas que veía en matinales y programas de comida.   

Esta chispa que encendía su interés por la gastronomía se mantuvo latente, y por un tiempo, consideró la idea de un futuro como chef. Sin embargo, observando las cosas desde otro punto de vista, encontró su verdadero camino como nutricionista; profesión en la que se tituló el 2011.  

Siempre interesada en conocer más allá durante sus estudios, se fue involucrando con diferentes tendencias saludables como la alimentación alcalina y el crudiveganismo. Esto la llevó a cambiar su estilo de vida y ver la nutrición con otro enfoque. 

Foto: Mango Merkén

Una vez que salió de la universidad, encontró inmediatamente diversos espacios laborales. El inicio de esta trayectoria comienza con tres trabajos que, simultáneamente, desempeñó durante casi 5 años; nutricionista en una residencia de adultos mayores, en una clínica neurológica y realizando consultas presenciales. 

Tras dejar atrás una de esas primeras experiencias, se embarcó en otra que le generaba muchísimo sentido, una clínica en la que estaba a cargo de niños en rehabilitación; aquí estuvo 6 años y conoció a Felipe, que era kinesiólogo en el mismo lugar. Pero fue esta misma ocupación la que gatilló comenzar a aplicar otros métodos alejados de la carrera tradicional.

“Salían pacientes de operaciones múltiples y yo empezaba a planificar proteína, huevo, grasas saludables, pero nada de eso estaba en el contrato con las empresas externas de alimentos. Entonces, yo buscaba otras vías todos los días. Era una angustia gigante saber que no estábamos cubriendo su demanda nutricional”, destaca.

Foto: Mango Merkén

Aquello la llevó a un viaje de descubrimientos, iniciando sus propias consultas presenciales y online (con el tiempo) inspiradas en ofrecer algo más allá de ciertas pautas dietéticas. Su objetivo fue entregar propuestas con enfoques más integrales a cada paciente considerando los diferentes estilos de vida, el sueño, la digestión e incluso, las emociones. ¡Una iniciativa que resultó muy exitosa!

Foto: Mango Merkén

A los 30 años, buscó la manera de expandir sus horizontes en un recorrido por diferentes parajes del mundo. Uno de los destinos fue Nueva Zelanda, donde trabajó en diferentes rubros (no relacionados a nutrición) por un año. Para después reencontrarse con su esposo en Tailandia, viajar por el Sudeste Asiático y otros lugares como Bali mientras iban conociendo la mayor cantidad de restaurantes, cafeterías, entre otros. que tuviesen propuestas bajo esta misma línea de “comida saludable”; capturando cada uno de los detalles que le gustaban con la cámara de su celular. 

Cuando regresan a Chile, ella tenía claro que no quería dedicarse nuevamente a la nutrición tradicional. Esto la llevó a retomar el sistema de consultas online en 2017, pero con un método holístico (enfocado en salud integral y estilo de vida). Tiempo después, su vida tuvo un giro radical, desempeñándose durante 4 años como azafata de vuelos internacionales, en paralelo a sus consultas.

Muy relacionado a sus ideales, recorrió el mundo absorbiendo cada experiencia y creando una lista mental de los lugares que la inspiraban. Casi por intuición, recopiló poco a poco propuestas similares a lo que después sería su propio espacio: “No tiene nada que ver una cosa con la otra, pero tiene todo que ver con lo que hicimos después acá”, comenta entre risas. 

Lo que parecía un capítulo completamente apartado de su vida profesional, se terminó convirtiendo en un puente hacia su siguiente aventura emprendedora. Explorando los rincones del mundo, descubrió nuevas inspiraciones culinarias y conceptos gastronómicos que incrementaron su imaginación y creatividad. Y así, la semilla de un sueño comenzó a germinar en su mente: un lugar que encapsulara la armonía entre la comida, el ambiente y la experiencia en su totalidad.

Foto: Mango Merkén

¡Se pensó y se hizo! Desde el primer segundo en que Tamara y Felipe decidieron emprender un proyecto juntos sabían que esta era la propuesta. Un lugar de armonía completa, desde la carta hasta el plato. Lo único que no estaba claro, era el nombre. Querían algo que rompiera el esquema de las etiquetas, que no definiera lo que iban a vender, y que provocara ese toquecito picante de curiosidad para ir conocer qué había detrás del título.  

“Mala Mía” fue el juego de palabras perfecto, que tras meses de búsqueda, nació de manera espontánea entre Felipe, sus hermanos y amigos en medio de una junta. Una frase que no alude a nada dentro del restaurante, ni los obligaba a seguir rutinas, como el tipo de comida, el ambiente o las plantas. «Sin etiquetar los lugares, ni los estilos de vida, ni las tendencias de alimentación, es super lindo vivir libre y fluir. Todo cambia y por qué la comida no” señaló su dueña.

Foto: Mango Merkén
Foto: Mango Merkén

En este oasis de frescura y sabor, todo es elaborado en el lugar con alimentos frescos y de temporada: salsas, syrup, mantequillas de frutos y semillas, encurtidos, paté, ricotas vegetales, entre otros. Un secreto del verano es el encurtido con cáscara de sandía que tiene sabor a pepino.

¡Cocina armónica de principio a fin! Donde se aprovecha al máximo cada alimento en un ambiente rodeado de plantas. ¡Placentero a más no poder! Nosotros nos deleitamos con preparaciones como su Guaterito; un arroz cremoso con tinte de betarraga asada y setas, acompañado por croquetas de arvejas rellenas de cebolla caramelizada, jengibre, queso de cabra y una ensalada que le daba el toque perfecto de frescura. 

¡Me pasé tres pueblos! Esa fue una de sus propuestas en sándwich que cautivó todos nuestros sentidos… Un chacarero al estilo Mala Mía, con mechada de la cáscara del plátano, cebolla caramelizada, tomate asado, porotos verdes salteados, ají verde encurtido y mayo de ajo + papitas con una salsa que abre un mundo para la imaginación. 

Foto: Mango Merkén
Foto: Mango Merkén

El toque dulce final, llegó con su Tarta cuática; suave, intensa, perfecta, con dos capas de masa no horneada de coco y castañas de cajú. La primera, de cacao, palta, coco y syrup casero, sobre una exquisita capa de mantequilla de maní tostado y lluvia de salsa toffee. 

Foto: Mango Merkén

Esta propuesta nutricionalmente rica no pasa desapercibida y sus proyecciones a futuro tampoco. Los planes de expansión son una de ellas, viendo como una meta no tan lejana, la posibilidad de crecer para entregar lo mejor de este sabor armónico en diferentes puntos de Santiago. Además, esperan sorprender con una nueva carta que incluya cerveza artesanal y nuevos tragos.

Foto: Mango Merkén

Como primicias, muy pronto se expandirá la invitación para los acompañantes de 4 patas, con nuevos menús especiales de enfoque pet-friendly. Y por último, una nueva tienda en el mismo lugar que permitirá a los comensales llevarse un pedacito de Mala Mía al hogar; como la granola, los hummus de betarraga y mucho más. 

Foto: Mango Merkén

Comparte esta Historia con Sabor de Mango Merkén con tus amig@s, regalandoles tú también un pedacito de Mala Mía, y tentándolos con disfrutar prontamente de este verdadero oasis culinario en el corazón de Barrio Italia.

Dirección: Av. Italia 825, Barrio Italia, Santiago

Horarios: lunes y jueves de 9:00 a 16:00 hrs / viernes, sábado y domingo de 9:00 a 21:15 hrs 

Instagram: @malamia.rest

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2 comentarios

  1. El rapé, un tabaco en polvo apreciado en algunas culturas indígenas, rara vez se acompaña con comida. Esto permite disfrutar plenamente de los sabores y aromas de la comida, mejorando así la experiencia culinaria.

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