Tanto el mezcal como el tequila vienen del mismo lugar y del mismo vegetal, pero… ¿Son realmente lo mismo? ¡Hoy te invitamos a descubrirlo sin necesidad de resaca!
Estamos clarísimos -y nos ponemos más padrísimos güey- que tanto el mezcal como el tequila son mexicanos, mexicanísimos. Pero, ¿son lo mismo? De seguro que en una sobremesa, idealmente a punta de golpeaditos, habría discusión al respecto. Partamos bien claros: No, no son lo mismo y ahorita te lo contamos: develando las diferencias entre el tequila y el mezcal.
Materia prima
El agave, también conocido como maguey, es una planta grande y suculenta propia de lugares áridos. Se hacen mil cosas con esta generosa planta; en gastronomía tenemos el tequila y el mezcal -fruto de la destilación de sus “piñas”- y también tenemos el delicioso y saludable “sirope de agave” y “agua miel”.
A simple vista no se notan diferencias entre el mezcal y el tequila. Y para un paladar poco entrenado, tampoco. Visualmente ambos son destilados muy transparentes. La primera diferencia radica en el tipo de maguey que utilizan.
El tequila únicamente se puede crear a partir de un tipo preciso de planta: Agave Azul Tequilana Weber. Mientras que el mezcal se puede hacer de hasta 20 tipos de maguey, además de que se pueden crear ensambles con más de un tipo de agave. Por lo tanto, se producen a partir de la misma planta, pero de distintos tipos de agave. Lo cual los hace diferentes… pero muy familiares.
Denominación de origen
Otra importante diferencia entre ambos destilados es su denominación de origen (conocido como DO). El tequila -que cuenta con DO desde 1975, sólo se puede producir en cinco estados de México. A diferencia del mezcal que puede elaborarse en nueve estados de la República Mexicana. Estos representan el 25% del territorio nacional, por lo que posee la denominación de origen más grande del mundo.
Método de preparación
Podríamos decir que ambos elixir gozan de una alquimia única. Detente y piénsalo un poco: a quién se le ocurrió que de una planta desértica podrías obtener un jugo mágico. ¿Increíble, cierto?
Actualmente también hay diferencias en cuanto al método y proceso de preparación: el mezcal suele ser más artesanal, ya que su método de fermentación no requiere de levaduras químicas y se realiza en un horno cónico de piedra; su molienda es en tahona o con desgarradora, se fermenta con levadura natural y luego se destila en un alambique de cobre. Por su parte el proceso del tequila suele ser más industrial, está más automatizado. Utiliza hornos grandes de vapor, trituradoras y su fermentación es con levadura química para crear esta bebida espirituosa a niveles masivos.
Otro dato súper importante en su preparación es el tipo de cocción del agave. Para el tequila lo colocan también en un horno de vapor y para el mezcal se cuece en hornos con madera (de ahí su distintivo sabor ahumado).
¡Saborrr!
Probablemente este es el punto que más nos interesa a todos. ¿Saben igual? ¿Cómo los distingo? ¡Arriba ya se esbozaba una gran pista! Y es que el mezcal tiene un sabor ahumado intenso y se perciben mucho más las notas de agave cocido. Además los mezcales varían y cambian mucho dependiendo del maguey que se utilice. El tequila en cambio suele ser un poco más dulce y floral, pero no se percibe tanto el sabor a agave.
Dato: ¡Te recomendamos este post! Todo sobre el tequila y 5 lugares donde beberlo en Santiago. Así vas entrando en calor y comienzas a sentir sus diferencias con el mezcal.
¿Y el gusanito?
Si eres mezcalero o has estado de viaje por el mágico México relacionarías el mezcal con el gusanito. Y es que muchas botellas de este brebaje traen en su interior un gusano. El mezcal es un producto emblemático de Oaxaca y se caracteriza por tener un gusano de maguey en la botella. Esa característica, además de su fuerte sabor, lo hizo famoso internacionalmente y lo diferenció visualmente del tequila.
Se trata del gusano de maguey, que efectivamente crece en las raíces del maguey (y que después de tres golpeaditos hasta se ve lindo). Este gusano se comenzó a introducir en las botellas de mezcal recién en la década de los 40’. La idea fue de un productor mezcalero que inspirado en su vocación artística, decidió darle algo así como un sello personal a su producción mezcalera poniendo el gusanito a sus botellas.
Dice la leyenda…
Se tiene la creencia popular de que el “gusano del mezcal” tiene propiedades especiales que se transmitirían a quien lo come. Hay algo para “valientes” en esto de comerte el gusanito del mezcal… Si vamos a la música, Tequila Sunrise de los emblemáticos Cypress Hill parte con una conversación que remata con un: “Eat the worm mother fucker”. ¡Shot, shot, shot!
Cuentan por ahí que tiene propiedades afrodisíacas, lo que hace que quienes lo consumen realicen proezas sexuales. También hay rumores que plantean que dan fuerza y tienen propiedades alucinógenas. En fin… Claramente ninguno de estos poderes ha sido probado nunca, sólo te decimos que el gusano dentro de la botella de mezcal se puede comer sin problema.