¡Un emblema de sabor y tradición en la VI Región! Disfruta la dulce Historia con Sabor de Tortas Van Treek, el emprendimiento de Isabel Van Treek y Ricardo Risso, quienes revolucionaron la repostería rancagüina con la Torta Turrón Nuez; una elaboración propia que ha sido todo un éxito en la zona. Este local -ubicado en el barrio residencial Rancagua Norte- cuenta con casi 30 años de trayectoria en los que, paso a paso, ha visto a su numerosa familia sumarse como fuerza laboral. A tal punto, de convertirse en uno de los ingredientes principales de la propuesta. ¡Acompáñanos a probar su receta! 

Continuando con esta nueva Ruta con Sabor de Mango Merkén por la Región de O´Higgins, tras una crujiente parada en la fábrica de las papas fritas artesanales Primor, nos reunimos con Isabel Risso (hija de Isabel Van Treek) en Tortas Van Treek; una pastelería reconocida por su Torta Pompadour y la creación de la casa: la Torta Turrón Nuez. 

Asombrados por la cantidad de preparaciones dulces que exhiben en su vitrina, iniciamos en un recorrido por sus instalaciones. En la primera parada nos topamos con el proceso final de las tortas, la decoración. Después de pasar por la cámara de frío, el proceso de amasado y la elaboración de dulces secos (maicenitas, delicias, chilenitos, etc), llegamos hasta el tercer piso donde nos esperaban Ricardo Risso e Isabel Van Treek, los emprendedores detrás de esta Historia con Sabor. 

El toque familiar característico de su propuesta lo percibimos inmediatamente, observando el inocente revoloteo de sus nietos. Una hermosa postal de abuelos, que dio comienzo al relato de los inicios de su pastelería por parte de Isabel (madre). “Le empecé a hacer las cosas dulces a mi papá. Era un banquetero muy conocido de la Zona, Fredy Van Treek. Organizaba todas las fiestas con unos asados famosos por su contundencia, pero siempre tenía problemas con las cosas dulces. Hace 30-40 años atrás nadie hacía estas cosas”, cuenta.

La magia de la Torta Turrón Nuez 

Estudiando Construcción Civil en Valparaíso a mediados de los 80’, conoció al amor de su vida, Ricardo. En tercer año de universidad, su vida tomó un giro inesperado; quedó embarazada. Debido a los malestares que se generan en los primeros meses de gestación, tomó la decisión de congelar la carrera y volver a Rancagua. Ricardo, un porteño oriundo del Cerro Barón, completamente enamorado siguió sus pasos. Formaron hogar en la casa de la madre de Isabel, María Miranda. De la mano, surgió la idea de hacer tortas y pasteles para la banquetera de su padre. 

Una tarde, con la mesa puesta y nutrida de dulces delicias, ojeando el diario se encontró con un anuncio de la chef María Teresa Dolarea; donde ofrecía la posibilidad de realizar junto a ella cursos de repostería en Santiago. Durante dos intensos meses, entre la harina, los polvos de hornear y cada ingrediente de la pastelería, se empapó de todo lo necesario para crear un sinfín de tortas. Este hecho marcaría a futuro el camino para sacar del horno su propia invención: la Torta Turrón Nuez.

“En el curso nos dieron una receta para recrear, pero cuando la probé pensé: es muy dulce. Entonces le saqué un poquito de nueces y de azúcar. Su relleno de mermelada, lo cambié por crema sin azúcar y le puse unos discos de merengue para darle más firmeza. Se me ocurrió hacerla así y cuando la fui a probar dije… Oh, quedó demasiado buena”, reconoce entre risas, sosteniendo la mano de Ricardo quien aprueba lo rica que es la receta con otra sonrisa.

De regreso en Rancagua, comenzó de lleno a realizar las preparaciones para la banquetería. A su vez, empezó a elaborar tortas a pedido, consiguiendo pasito a pasito una fiel clientela gracias al boca a boca. “Ricardo, trabajaba. Si bien no había terminado la carrera, era capataz de obra. A los pocos años, después de tener a nuestra primera hija (Isabel), llegó Valentina. Fue un caos, porque hacía las tortas en la casa de mi mamá. No tenía local, no tenía nada, hacía todo a mano. Entonces tenía que amasar, batir y rellenar mientras con el pie movía el coche”, detalla. 

Un camino dulce y agraz

Tras 8 años viviendo y trabajando en la casa de su madre, sumado al sensible fallecimiento de su padre, Isabel tuvo la necesidad de independizarse. Hace 28 años, caminando por Rancagua Norte, encontró una casa en venta; ansiado lugar, que se convirtió en su hogar y posteriormente en la fábrica de tortas más reconocidas de Rancagua. Emocionada recordando su Historia con Sabor, expresa parte de lo que fueron los primeros años del proyecto. 

“Esto se nos escapó de las manos, nunca pensamos que íbamos a tener tanta clientela. Yo creo que la clave del éxito es que siempre trabajamos a pedido. Las tortas no tienen ni 24 horas para cuando los clientes las vienen a buscar. Dónde vas a tener una torta más fresca” – Se pregunta y nos pregunta, con esas mismas ganas y fuerza que la llevaron a levantar su dulce emprendimiento.

Por supuesto que el rol de Ricardo también fue fundamental para perfeccionar la receta de su propuesta. Este último, se sumó a las labores reposteras de Isabel en la época de los 90’. De la mano de su amada “maestra”, aprendió a hacer bizcochos y merengues. No obstante, su poder de convencimiento lo hizo tomar la batuta en el mesón de ventas. 

Fue la cara visible del negocio. A tal nivel, que lo reconocían como Ricardo Van Treek. “De repente a la gente no le calzaba que yo fuera Van Treek. Claro, si yo no tengo nada que ver. Es mi señora, les decía. Pero como siempre era él quien atendía a los clientes, quedó así”, añade sumando más risas a la conversación.

Un verdadero legado familiar 

Entre usleros, batidoras y hornos, una familia numerosa fue naciendo para decorar la belleza de un proyecto a todas luces, familiar. Si bien todos sus hijos estudiaron diferentes carreras universitarias, los caminos de la vida trajeron de vuelta a la mayoría a la raíz, a Tortas Van Treek. 

Isabel hija, se convirtió en la jefa de producción de la pastelería; seguida de Valentina, quién implementó su propia fábrica de helados artesanales en el espacio. Stephy por su parte, está a cargo del área de finanzas. Por último el más chico, Paolo, a sus 20 años de edad ya sigue los dulces pasos de su madre emprendiendo con el arte de la bollería en @bolleria_vantreek. 

De esta forma, con el paso del tiempo, su hogar se convirtió en la pastelería; La Casa Pastelera de la Familia Risso-Van Treek, que a la fecha suma la conformación de un generoso equipo, cerca de tres remodelaciones, y no descartan seguir ampliando el negocio. “Empezamos con una sola persona trabajando y ahora son casi 20. Al principio teníamos una cámara de frío y ahora tenemos 3. Somos la mejor pastelería de la región en relación a infraestructura y capacidad”, indica con orgullo Ricardo. 

La gran mayoría de las trabajadoras son mujeres, capacitadas por Isabel (madre), quien hasta el día de hoy se mantiene firme chequeando que todos los procesos y recetas salgan a la perfección. Esta última, afirma que el requisito primordial para trabajar en el lugar son las ganas que demuestren. 

El sabor de lo hecho en casa 

Como señalamos y volvemos a subrayar, el legado de Tortas Van Treek se ubica en el mismo recinto donde todo comenzó. Esta pareja de emprendedores asegura que, la clave para sostener la calidad de lo entregado en el tiempo, ha sido mantener la tradición del local; conservando “el sabor de lo hecho en casa”. Isabel recalca que los consejos que le dio su padre han sido fundamentales en la creación de sus productos… 

“Mi papá siempre me recalcaba que nunca bajara la calidad de lo que yo hacía. Hija, por favor -me decía- si usted tiene que ganar menos porque suben los productos, no deje de echarle menos a sus recetas por cambiarte de marca o algo más barato, porque la gente se da cuenta”.

Mientras fotografiamos a toda la generación de la familia Risso – Van Treek, junto a todos los trabajadores que conforman la fábrica, fuimos a comprobar la fama de sus tortas. Comenzamos con la Torta Turrón Nuez -aquella que les permitió hornear su gran popularidad- compuesta por un bizcocho de nuez, rellena de manjar y una suave crema; que le da un toque especial. Seguimos, con una deliciosa tarta de yogurt. 

Otra delicia fue la Torta Pompadour, preparación estrella de la zona y uno de los detonantes por los que decidimos visitar su local. ¡Realmente nos sorprendió! Su base de finas hojarascas rellenas de manjar y crema chantilly con esencia de plátano, entregan un sabor único que tienes que probar. También la puedes pedir en una de sus variedades: lúcuma, frambuesa o chocolate. 

A futuro, Ricardo afirma que su sueño siempre ha sido tener un salón de té o una cafetería. Proyecto que están evaluando en una próxima remodelación, ya que abrir una nueva sucursal en otro destino, dividiría un núcleo familiar y de trabajo que se ha mantenido fielmente unido durante 3 décadas de Historia con Sabor. 

“Si ponemos un negocio en Santiago, en Viña del Mar o donde sea, nos vamos a tener que separar, porque uno de los dos va a tener que estar pendiente de ese negocio. ¿Para qué? Si esta pastelería nos ha dado todo y podemos seguir mejorando lo que tenemos acá”, concluyen. 

¡Esta Historia con Sabor merece ser compartida entre todos tus contactos! No pierdas la oportunidad de recomendarles lo mejor de Tortas Van Treek, en el corazón de Rancagua. 

Dirección: Pasaje Uno 662, Rancagua Norte

Horarios: lunes a sábado de 9:00 a 18:30 hrs

Instagram: @tortas_vantreek / Web: tortasvantreek.cl

Contacto: 722-225331 y 722-227305