Alimento de los Dioses, receta de Estado, símbolo de vigor y “manjar de nobles”. El cacao es probablemente uno de los alimentos con más historias que contar. ¡Hoy te invitamos a descubrir sus orígenes!
La historia de la humanidad sería muy distinta sin este mágico ingrediente. Sin el cacao tendríamos un mundo sin chocolate, ¡imagínatelo! Qué triste y poco placentera sería nuestra historia culinaria, nuestra repostería y el mundo de dulces y golosinas. Afortunadamente, “gracias a los dioses” este tesoro milenario ha estado presente y seguirá estándolo por mucho tiempo. Descubre a continuación más sobre el cacao…
¿De dónde viene y a qué debe su nombre?
La palabra cacao procede del azteca «cacahuatl», una civilización muy muy antigua, muchísimo antes de que algún colonizador pusiera pié en el continente americano.
El cacao era el árbol más bello del paraíso de los aztecas, que además de su belleza, ofrecían múltiples virtudes a través de sus frutos; calmar el hambre y la sed, proporcionar conexión a la sabiduría universal e incluso curar enfermedades. La leyenda cuenta que el dios Quetzalcoatl robó este árbol del paraíso de los dioses, para regalarlo a los mortales, plantarlo en la tierra y así mejorar la vida humana.
Los primeros árboles de cacao, crecían de forma natural en lugares sombríos de las selvas tropicales en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace 4.000 años aprox. Aunque su historia de cultivo comienza con los mayas 2.000 años después. Y los Olmecas serían los primeros en degustarlos como bebida y cultivarlos en lo que se denominaría México.
Cacao mágico
El cacao siempre estuvo vinculado a muchas propiedades -algunas sobrenaturales- y también siempre estuvo presente en importantes ceremonias y ritos. De hecho hasta hoy se siguen realizando ceremonias de cacao. Esta reliquia gastronómica de la naturaleza, era sinónimo de vigor físico y longevidad y era usado también como medicina, estimulante y reconstituyente.
Podríamos decir entonces que tanto el árbol como el fruto del cacao eran considerados sagrados.
Dato: la manteca del cacao se usaba como pomada para curar heridas.
Nace el chocolate
Si bien el chocolate es apreciado y producido en todo el mundo, fueron los mayas los que crearon una bebida amarga llamada «chocolha». Un producto que se hacía con semillas de cacao y era un brebaje selecto que sólo podían consumir nobles y reyes.
En los registros son mencionadas diversas formas de elaborarlo y perfumarlo; más líquido o espeso, con más o menos espuma, con miel, maíz o chile (ají) picante.
El cacao salta a Europa
Según relatan las bitácoras, Cristóbal Colón recibió como ofrenda de bienvenida armas, telas y sacos de unas habas oscuras que, en la sociedad azteca, servían a la vez de moneda y de producto de consumo. ¡Se trataba de cacao! Pero fue Hernán Cortés quien envió el primer cargamento de esta maravilla a España en 1524.
Es curioso apreciar cómo el cacao y el chocolate siguieron vinculados a la magia y a las “autoridades sacerdotales y nobles”. En España fueron los monjes católicos los encargados de adaptar el chocolha al paladar europeo, sustituyendo las especias utilizadas en América por miel, azúcar y leche.
El cacao como herramienta de poder
La corte española mantuvo durante un siglo como secreto de estado la preparación de esta bebida. Sólo los monjes conocían el procedimiento para convertir el fruto del cacao en chocolate, y la utilizaban sobre todo en cuaresma, ya que la iglesia consideraba que no rompía el ayuno. ¿Curioso, no?
A pesar de este secretismo el chocolate llegó a otros países. Por ejemplo a Francia -uno de los primeros- gracias a la boda entre María Teresa de España y Luis XIV, el Rey Sol, ya que esta última era muy aficionada a esta bebida. De ahí en más, esta preparación empezó a expandirse por el viejo continente.
El cacao hoy
Hoy podemos gozar del chocolate y el cacao en distintos formatos, mezclas, sabores y preparaciones. Lo que resultó por siglos ser un manjar tan preciado y exclusivo, en el presente es accesible a la mayoría de las personas y sigue gozando de su fama por sus múltiples beneficios: reduce la inflamación, disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas, mejora el estado de ánimo, entre otros.
Te invitamos a probar lo mejor de nuestra última Historia con Sabor: Dinkenesh, chocolatería artesanal, ecológica y liderada por mujeres.
Un comentario