Maridaje de Vinos: un placentero arte por descubrir

Somos un país de tradición vitivinícola; estamos claros. Nos gusta el vino porque el vino es bueno; es un hecho. Y porque sabemos que amas comer y beber, hoy te invitamos a descubrir las claves básicas para poder dar con tu maridaje perfecto: sí, el tuyo… que no necesariamente es el que pone la etiqueta de tu vino. 

Más allá de nuestro maravilloso y bien apreciado vino, está el arte del maridaje. Y ojo que decimos arte porque engloba muchos factores sensoriales. Porque sí, de alguna manera es todo un arte, pero no requiere de conocimientos tan elaborados ni tecnicismos tan especializados para lograrlo. Existen algunas pautas y guías claves que pueden orientar el maridaje, pero lo más importante -siempre- es que guste, aunque el gusto del comensal no calce con la recomendación de la etiqueta. 

¡Te invitamos a adentrarte más en el mundo de los maridajes! De forma simple y con propuestas sencillas para empezar a jugar y tantear maridajes en casa, con tus amigos y en familia.

Partamos por aclarar conceptos claves para despejar la mesa, ir por las copas y descorchar juntos.

¿Qué es el maridaje?

Indagando en diccionarios antiguos nos encontramos con que la palabra maridaje aparece en el siglo XIV. A partir de maridar, que viene del latín «maritare» y traducido significa “casarse”. Según la RAE, maridaje es unión, analogía o conformidad con que algunas cosas se enlazan o corresponden entre sí. Y por aquí está la clave del maridaje de vinos y alimentos; buscamos que haya correspondencia entre el vino y la comida, que se potencien, que generen un sabor armónico en boca con el objetivo de realzarlo. Pero sobretodo -y lo más importante- ¡qué te guste! Qué sea rico y punto. 

En comida, los primeros maridajes que se empezaron a extender de seguro te suenan: carnes blancas y pescados con vinos blancos, carnes rojas con vinos tintos. ¿Te suena cierto? Pero esto no es una ley, ni una normativa, ya que el espectro de sabores va muchísimo más allá y tiene un enorme abanico por descubrir, descubrir y descubrir. Y como dice el refrán “en gustos no hay nada escrito”.

No se trata de ser un experto en vinos y maridajes sino de ser feliz y hacer feliz a tus comensales.

Si te estás adentrando en el mundo del maridaje, si eres un sibarita que goza con la comida y los vinos, esto te va a servir. Propuestas básicas para orientar un satisfactorio maridaje, 4 claves a considerar:

1. Busca el equilibrio

Con esto nos referimos a intentar poner en una balanza simbólica (no real), el tipo de comida y el tipo de vinos según su “peso”. Entendiendo el peso en cuanto al sabor e ir equilibrando, emparejando por así decirlo.

Por ejemplo, una carne roja con sabor intenso, aliños, contenido de grasa, etc, va a maridar mejor -según esta propuesta- con un vino similar como un tinto intenso que se note más pesado al paladar. Mientras que comidas de “peso más ligero”, como verduras, pescados, etc, combinarían mejor con vinos también de peso más ligero, como los blancos, rosados o tintos más livianos. 

Básicamente para platos de comida pesados, necesitaremos vinos con cuerpo; para platos más ligeros, buscaremos vinos también ligeros y más fáciles de beber.  

2. Maridaje por asociación

Entendiendo el tema del equilibrio, podemos tomar nota de otros matices y características de los vinos y platos que estamos considerando. Para nuestro maridaje pondremos la atención en: sabores, texturas, aromas, colores, sensación de temperatura, etc. Un buen planteamiento para un maridaje exitoso, puede ser la asociación de algunas de estas características comunes entre las comidas y el vino. 

Por ejemplo: dulce con dulce, que podría ser servir el postre con algún vino dulce de acompañamiento. Básicamente se trata de encontrar características similares entre vinos y platos y tratar de complementarlas de la mejor manera posible. ¡Así potenciaremos la experiencia! 

3. Maridaje por contraste

Es justamente lo contrario a la propuesta anterior. ¿Pero cómo? Pues sí, resulta que el maravilloso mundo del paladar es curioso y juguetón: también podemos encontrar el equilibrio en nuestro maridaje a través de la búsqueda de contrastes entre las características de vinos y comidas.

Puedes probar, por ejemplo, un queso fuerte con un vino dulzón y ligero. Son opuestos y pueden complementarse bien. También podemos recurrir al efecto refrescante de un vino blanco, para rebajar la sensación de calor que nos dan algunas comidas muy picantes, entre otras cosas. Es como el amor… No hay reglas generales y en este caso sería jugar al: “polos opuestos se atraen”.

4. El orden de los vinos sí altera la experiencia

En el maridaje, cuando se van a beber varios tipos de vino, el orden sí importa. Si estamos pensando en elegir varios vinos para maridar con un menú de varios tiempos, tenemos que elegir el orden correcto.  ¿Cómo lo hacemos? Lo recomendable es por su cuerpo y su peso: primero los vinos más ligeros y después los más evolucionados y con más cuerpo. 

¿Por qué? Porque si lo hacemos al revés, la intensidad de un vino con mucho cuerpo nos hará percibir un vino posterior más ligero, como insípido. Por ello, no deberíamos servir vinos más “viejos” antes que vinos jóvenes, o vinos blancos después de tintos.

Insistimos, el maridaje es algo muy personal y no es un fenómeno rígido ni cuadrado. Lo más importante es el disfrute de la experiencia. Tal como como nos recomienda Arturo Herrera de Viñedos Herrera-Alvarado, vinos naturales que además promueven las «catas sociales«: 

“Como lo planteamos nosotros, la idea de catar vinos es siempre preguntar a los comensales con qué se imagina ese vino. No nos gusta invadir con propuestas, sino ir descubriendo juntos para dar con el maridaje perfecto, tú maridaje perfecto, que muchas veces viene de evocaciones y recuerdos (…) El maridaje perfecto es personal, todos somos distintos”.

¿Quieres conocer más de su propuesta? ¡Recorre junto a nosotros sus viñedos con su Historia con Sabor!

Foto: Mango Merkén

¿Con ganas de empezar a maridar y probar combinaciones nuevas? Te dejamos esta lista de recomendaciones que de seguro te puede orientar y estimular a hacerlo con éxito y disfrute:

Si quieres maridar con vinos naturales: Vinos orgánicos, biodinámicos y naturales: qué son, cómo se diferencian y dónde encontrarlos en Chile.

Para maridar con quesitos: Todo sobre el queso: un poco de historia, variedades y queserías artesanales en Chile que te invitamos a probar.

Para sumar charcutería: El sabroso mundo de la charcutería artesanal.

Y claro, para armar una rica tabla de picoteo: Cómo armar una tabla de picoteo perfecta. 

¡Salud! Y recuerda compartir este post difundiendo el mundo del vino etiquetándonos como @mango.merken 

Comparte el post

2 comentarios

    1. ¡Gracias por el comentario! Buenísimo, tomaremos nota de las recomendaciones.

      Muchas gracias, saludos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿TE INTERESA HACER UN PROYECTO CON NOSOTROS?

Contáctanos.