Dinkenesh: chocolatería artesanal, ecológica y liderada por mujeres

“Cocinar y compartir la comida es el mayor gesto de amor que podemos tener”, dice Renate Dockendorff. Esta emprendedora fanática de la cocina y amante de la naturaleza, mezcló ambas pasiones en la receta de su propuesta para fundar Dinkenesh. Una auténtica exhibición artística del chocolate artesanal, que brilla por su compromiso con el entorno y el medioambiente. En octubre de este año esta chocolatería estará cumpliendo 20 de años de trayectoria. ¡Te invitamos a ser parte de su celebración con su Historia con Sabor!

Hace unos meses atrás se realizó el primer festival de la naturaleza de Ladera Sur. Un evento que reunió a diversos protagonistas de la conservación del medio ambiente en nuestro país. El equipo de Mango Merkén estuvo presente, enfocado en descubrir distintos emprendimientos gastronómicos como la propuesta sustentable del mote con huesillo de Pehuén.

Siguiendo nuestro recorrido por esta valiosa festividad, conocimos a Renate Dockendorff, dueña y fundadora de Chocolatería Dinkenesh. Sonriendo nos invitó a probar sus granos de café cubiertos de chocolate. ¡Exquisitos, 100% naturales! Enamorados de ese sabor orgánico, quedamos antojados de indagar más en los sabrosos detalles de su emprendimiento.

Con el recuerdo imborrable de aquel momento, fuimos a visitar a Renate directamente a su chocolatería en La Reina, preparad@s para endulzarnos con su Historia con Sabor.

Fotos: Mango Merkén

AROMAS Y SORORIDAD

Renate Dockendorff es santiaguina y se declara una amante de los aromas y los sabores en torno a la cocina. Además destaca su pasión por el deporte y la naturaleza, remarcando en esta última los orígenes de la actividad culinaria y todo lo que nos rodea. Estudió Hotelería y una Licenciatura en Planificación Turística, pero lo que la llevó a emprender en el arte de la chocolatería, fue su apego hacia la gastronomía desde muy pequeña como cocinera autodidacta

“Mis primeros recuerdos de absoluto goce en la cocina se remontan al campo de mi abuela en San Fernando, pelando choclos, guardando porotos en sacos, recogiendo moras. Y además desde muy chica me encantaban los olores. Mi papá fumaba y yo encontraba que era un olor maravilloso el de la pipa. Amaba los aromas a fermentos de los vinos”, recuerda con alegría.

Por su parte, su abuela tenía un sentido estético muy desarrollado y gracias a ella aprendió el amor por la mesa; el servicio, los protocolos, servilletas, manteles, copas, todo lo que giraba alrededor de esta. Y con ella también, compartiendo en la cocina con más mujeres en el campo, conectó desde muy temprana edad con sus historias de esfuerzo y perseverancia. ¡Valiosas mujeres con las que se dio esa sororidad!

Fotos: Mango Merkén

EL DESPERTAR DE SU FACETA EMPRENDEDORA Y CHOCOLATERA

Desde los 7 años, su faceta emprendedora ya daba luces de lo que se venía. Entre risas, Renate nos cuenta una anécdota con una casa de muñecas que le regaló el viejito pascuero: “La transformé en un restaurante, puse unas sillitas de mimbre y todo. Y vendía un combo: un tigretón + un vaso de jugo. El que entraba a mi casa tenía que comprar”.

Siguiendo esa idea, la emprendedora aclara que a los 15 años firmó un decreto consigo misma. Enfocada en tener un trabajo que le permitiera estar cerca de sus futuros hijos, visualizó una chocolatería en su propia casa. ¡14 años después logró materializar este decreto con Dinkenesh!

Pero, ¿por qué chocolates? El mundo gastronómico genera entornos placenteros, eso despertaba el hambre emprendedora de Renate. Y el chocolate genera mucho placer, mucha alegría. La verdad es que le gustaba desde muy chica, y si bien le hubiese encantado ser enóloga, la dulzura del chocolate siempre le hizo guiños. “En toda mi época universitaria probaba recetas, todo siempre autodidacta. Hacía unas pasas con chocolate, por ejemplo”, comenta saboreándolas aún.

Foto: Mango Merkén

RECORRIENDO EL MUNDO DEL TURISMO AVENTURA CON DESTINO HACIA SU CHOCOLATERÍA

Esta fanática del chocolate vivió un año en Alemania gracias a un intercambio. Y reconoce que fue una experiencia que le cambió la vida, porque era un país que iba 20 años adelante en términos de reciclaje y desarrollo de energías alternativas. Si bien siente que nació con el “chip ecológico”, su estadía en el país germano terminó de encenderlo por completo. Un hecho que a futuro influenció mucho en la propuesta de su chocolatería. 

Antes de su travesía chocolatera, Renate volcó toda su pasión deportiva y por el medioambiente al turismo aventura, a través del montañismo y el running. Gracias a esto, realizó diversos viajes que le permitieron conocer muy bien geográficamente Chile. Lo que complementado a su versatilidad con distintos idiomas, gracias a sus estudios en un colegio alemán, fueron la combinación perfecta para trabajar en la agencia de viajes Cascada Expediciones. 

Fotos: Mango Merkén

Esto sería hasta el 2003, cuando tomó la decisión de recorrer la ruta laboral cristalizando su sueño emprendedor, con su propia chocolatería artesanal y en casa. Un lugar que tuvimos la suerte de recorrer y que transmite la herencia y esencia familiar de Renate. 

“Dinkenesh empezó en esta casa. Mi abuelo la construyó en 1952 y yo vivo aquí desde los 6-7 años”, señala con nostalgia. En estas paredes, habitaciones e inspirada en estos recuerdos, esta emprendedora decía: yo quiero trabajar desde casa. Un hogar para su chocolatería, que amoldó para que en ella conviviera el mundo público de su propuesta con el mundo privado de su familia.

Foto: Mango Merkén

SUPERANDO ADVERSIDADES JUNTO A CHOCOLATERÍA DINKENESH

En diciembre de 2003, Dinkenesh ya estaba dentro del mercado de los chocolates. En aquel momento había muy poco de chocolatería artesanal. Los sabores que la gente probaba eran muy tradicionales y ser emprendedor era difícil. Había pocos proveedores, poca diversidad de productos y el mundo orgánico era infinitamente más pequeño. En ese contexto nació Dinkenesh… 

Partió con unos sabores revolucionarios para la época: pera con pisco, plátano con vino, manzana con queso. Una propuesta que con el tiempo se tuvo que ir adaptando a un público más acostumbrado a lo tradicional. “Tuve que aceptar que fue muy aventurado jugármela con esos sabores”, expresa Renate. “Ese primer no, fue bien difícil. Hasta que lo asumí y cambié las recetas”, recalca.

Un dulce camino que recién al décimo año daría buenos frutos, apunta la emprendedora. Para sobrevivir a los pasajes amargos de esta travesía, habilitó -durante un par de años- un restaurante con mesas afuera donde vendían almuerzos. También tuvieron la tienda de Comercio Justo Chile, ya que Dinkenesh formó parte de la primera cooperativa nacional de comercio justo.

Fotos: Mango Merkén

Observando con mucho amor a su hijo mientras jugaba en el patio detrás de la casa, Renate reconoce que otra situación con la que tuvo que lidiar fue emprender durante la maternidad; “Dificultó mucho el tiempo, la disposición, la energía y la capacidad de arriesgarse. Aparte yo tenía esta concepción que hablamos previamente de ser una madre muy presente”, añade. 

Momentos que hoy en día recuerda con mucho orgullo, superándolos con resiliencia y apoyada en el valioso equipo de mujeres detrás de Dinkenesh. Trabajadoras que se fueron sumando a su propuesta, entendiendo que el mundo gana muchísimo desde lo femenino. Y junto a ellas, llegaría el desarrollo de su línea orgánica de productos. 

Foto: Mango Merkén / Renate junto a su hermana Carla, quien felizmente se integró al equipo de Dinkenesh hace un par de años.
Foto: Mango Merkén / El equipo de mujeres de Dinkenesh

DINKENESH Y SU MARAVILLOSO ARTE DEL CHOCOLATE

Dinkenesh –en lengua amárica- significa “eres maravillosa”. Una chocolatería artesanal que plasma en sus productos la innovación de sabores, aromas, texturas y colores; hechos a mano, sin aditivos, utilizando chocolate y cacao del mundo de alta pureza, junto con materias primas 100% naturales.

El amor por la naturaleza de Renate siempre ha estado vinculado a su proyecto, buscando tener las mejores prácticas ambientales. Hace más de 10 años reciclan todos los materiales que desechan, compostan todo su material orgánico, sus envases son eco-amigables y han incursionado en distintas alternativas de ahorro energético.

Fotos: Mango Merkén

Desde el 2012 cuentan con la certificación sostenible de Ecocert Chile y el sello orgánico, confirmando su compromiso con el entorno y el medioambiente. Además tienen el sello WomenOwned, que certifica que Dinkenesh es una empresa de propiedad y liderada por una mujer, quien está a cargo de la toma de decisiones.

Y desde el 2017 cuentan con un stand en la Ecoferia del Encuentro, la primera feria chilena 100% orgánica y certificada. Te invitamos a probar lo mejor de sus productos, como sus nueces con manjar y chocolate orgánico. Devórate sus exquisitos bombones rellenos y tentaciones, como las trufas de té. Y descubre todo su arte del chocolate aquí. Encuéntralos también en Cornershop y Rappi. ¡Atención que se viene algo muy especial para el 8M!

Fotos: Mango Merkén

Y en vísperas de la celebración por sus 20 años como chocolatería, comparte esta Historia con Sabor de Mango Merkén, sigue a Dinkenesh en Instagram y sorpréndete con algunos productos sorpresa durante el año.

Dirección: Av. Alcalde Fernando Castillo Velasco 6850, La Reina, Santiago

Horarios: lunes a viernes de 9:30 a 19:30 hrs / sábados de 10:00 a 18:00 hrs

Instagram: @chocolateria_dinkenesh / Web: dinkenesh.cl

Teléfono: +56224188466

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6 comentarios

  1. Que buen reportaje sobre la chocolatera de La reina, una persona abierta a la innovación con acento en la coherencia ecológica y el comercio justo. Eso le da a sus chocolates un sabor único, no solo por sus materiales orgánicos, sino por la ETICA asociada a su negocio y sus incursiones en un mundo que demanda una mirada de respeto y pertenencia a este bello, pero cada vez más frágil planeta.
    Fue una activa y dedicada miembro y directiva de la Primera Tienda de Comercio Justo y hasta nos abrió las puertas de su casa para instalarnos allí y ahorrar el arriendo y bajar los costos que nos apremiaban. Su trayectoria es una gran motivación para todos, especialmente porque acerca el placer y oportunidad del acceso a chocolates de calidad en la Feria Orgánica de La reina, abierta cada miércoles y sábado a un publico muy diverso. Gracias, muchas gracias Renate y Gracias por este lindo e inspirador reportaje.

    1. Hola Bernardo, muchas gracias por tu comentario. Nos inspira a seguir contando estas Historias con Sabor. Sin duda Renate representa los valores que comentabas y quedamos impresionados con su destacada trayectoria en el mundo de la chocolatería artesanal. Te invitamos a sorprenderte con más Historias con Sabor en nuestro blog.

      Saludos

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