Christophe Ferreira viene de París. Inspirado en la comida que su abuela le cocinaba, desarrolló una sensibilidad gastronómica que lo llevó a emprender con la cocina de barrio francesa. Junto a su socio Felipe Vio, “aterrizaron” con los clásicos sabores parisinos en El Franchute del Barrio. ¡Acompáñanos a conocer este sabroso rincón de la capital en una nueva Historia con Sabor! ¡Bon appétit!

Barrio Franklin se ha transformado en un importante sector gastronómico de Santiago. ¡Ya lo hemos mencionado! Infinidad de sabores y propuestas han iluminado este barrio que hoy en día está en boca de todos. 

En esta popularidad que ha ganado, hubo locales que fueron pioneros en apostar por llevar su gastronomía hasta este lugar. Uno de ellos fue El Franchute del Barrio. Sus fundadores, Christophe Ferreira y Felipe Vio, echaron raíces en la calle Bío Bío -a pasos del Persa Víctor Manuel– donde hoy crece y florece su propuesta de cocina de barrio francesa.

Fuimos a conocer esta picada y nos topamos con una imagen que era historia pura. Afuera de El Franchute del Barrio encontramos a Don José, un afilador de cuchillos que recorre distintos sectores gastronómicos populares de la capital. Mientras esperábamos a Christophe -quien conversaba con su equipo de cocina- observábamos detenidamente la labor de Don José, un oficio que es difícil de encontrar en la actualidad. 

Inspirados en esta clásica postal de barrio, entramos a conocer el local junto a Christophe. Uno de los mejores secretos guardados de Barrio Franklin, acogedor y cultural por donde se lo mire. Numerosas referencias históricas de Francia adornan el lugar. El lema de su república: “Liberté, Égalité, Fraternité” – “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, toma las banderas para plasmar las pretensiones de sus emprendedores: acercar la gastronomía francesa a barrios populares. 

“El Franchute del Barrio ofrece una gastronomía casera, sencilla, platos que cocinan las abuelas en Francia. Y lo que queremos es llevar esa gastronomía a todo tipo de público aquí en Chile, poder democratizar la gastronomía francesa”, señala Christophe.

Saludamos a su chef, Gustavo Díaz, y al talentoso equipo de cocineros que se desempeñan en una cocina a la vista; acercando aún más su propuesta a la gente. Los aromas comenzaron a desbordar nuestros sentidos y el antojo por conocer esta Historia con Sabor creció aún más. 

COCINA CON AMOR

Christophe Ferreira es francés. Nació en París en 1969 pero se crió en Bretaña, una región al noroeste de Francia. 

Economista de formación, trabajó toda su vida como ejecutivo de una empresa, aunque siempre tuvo una sensibilidad hacia la gastronomía. Su querida abuela, Armance Desplace, tenía un restaurante en París en el Barrio de La Bastilla. Sabrosos y nostálgicos recuerdos tiene de pequeño, cuando iba de vacaciones donde ella y revoloteaba por su picada. Saboreándolo aún, recuerda un riquísimo hígado de ternera a la mantequilla, con vinagre de frambuesa y papitas. ¡Uno de sus favoritos!

“Mi abuela cocinaba muy bien y me dio el gusto por la gastronomía. Preparaba platos exquisitos, pero con un toque casero. Desde allí que desarrollé una sensibilidad y me acerqué a la gastronomía”, dice reafirmando que la buena comida es la que se hace con amor.

COCINA DE BARRIO

Su primera vez en Chile fue en 1995, de mochilero, donde hizo muy buenos amigos. Entre ellos, Felipe Vio, abogado de profesión y socio fundador de El Franchute del Barrio. Otro amante de la gastronomía francesa, que conocía muy bien de sus sabores porque vivió seis años en París durante su adolescencia y permaneció ligado al encanto parisino.

Esa fraterna experiencia en nuestro país llevó a Christophe a visitarnos constantemente. Hasta que en 2012, se vino a vivir con una maleta llena de sueños y sabores de por medio. Partió trabajando en el área de la minería, como gerente de tecnología de una compañía tunelera.

La amistad y la gastronomía francesa unieron a Christophe y Felipe para abrir, y dedicarse de lleno, al proyecto de El Franchute del Barrio en junio de 2016. Una picada en Barrio Franklin, con la idea de compartir sus platos en barrios populares y no quedarse en lo refinado de la gastronomía, como puede verse en otros sectores al oriente de Santiago. “El local solía ser dos veces más chico que ahora, había solo 10 mesas”, dice Christophe recordando sus inicios. 

¿Por qué Franklin? Justamente por su condición de barrio popular, pero también porque sus emprendedores iban mucho a cachurear y buscar muebles. Y en esa época, la oferta gastronómica no abundaba por el barrio. Era una bonita oportunidad y encontraron el local perfecto -por la calle Bío Bío– para «aterrizar» con sus sabores y cautivar al público con su cocina francesa.

EL FRANCHUTE DEL BARRIO

En 2017 fue su despegue, ya con la cocina más consolidada y pudiendo incorporar más mesas al local.

El crecimiento fue paulatino, paso a paso. También aprendiendo, ya que ninguno de ellos era cocinero. Al inicio contrataron a una chef francesa que estaba de paso en Chile; 23 años pero mucho talento, que los ayudó a llevar la idea teórica a la realidad. Con su partida ya han pasado dos chef más, que han ayudado a profesionalizar las distintas áreas de trabajo en el restorán. 

“Cada chef tiene su sello de fábrica y su especialidad, pero los desafíos fueron mantener la esencia de los platos icónicos. Y así también, hacer crecer el volumen, capitalizar esas recetas y hacerlas pasar de 10 a 180 menús diarios”, recalca el emprendedor. 

Respecto al local en sí, triplicaron el salón para atender más clientela. Atendían viernes, sábado y domingo (al igual que en la actualidad), dedicando los otros días de la semana a producción y otras tareas. Muchos platos los sellan al vacío, para así poder atender de mejor manera el fin de semana.

Una de las ventajas que consideran de haber desarrollado su propuesta en Franklin, es estar cerca de El Matadero, apoyándose directamente en los vendedores de la zona para conseguir productos frescos y de calidad. “También tenemos proveedores de productos franceses, como el pato. En Chile existe, pero es otra especie y mucho más flaco. También lo usamos, pero el típico pato confitado lo traemos de afuera. El conejo y los caracoles de tierra nos lo proveen desde Buin”, cuenta Christophe señalando que estos últimos son más chicos que la especie habitual en Francia, pero más sabrosos.

En 2020, ya con su fama más que ganada como “picada de barrio”, tuvieron otro de sus grandes desafíos. Quizás el más importante, la pandemia, donde tuvieron que cerrar y reinventarse con el delivery. Para ellos fue muy triste trabajar sin el contacto humano que se genera en su picada. Agradecidamente lograron pasar la tormenta, reabriendo en agosto del año pasado y recibiendo con los brazos abiertos a su querida clientela.

“La gastronomía me liberó para poder estar orgulloso de lo que hago, algo que no me pasaba antes”, concluye Christophe sonriendo junto a su equipo por lo logrado.

COMIDA POPULAR FRANCESA Y CON PRODUCTOS CHILENOS

La propuesta de El Franchute del Barrio también incluye la sensibilidad artística de Christophe y Felipe, quienes se han empapado de los artistas que conviven con ellos en el barrio, comprando diversos cuadros de inspiración para su local. Por ejemplo la última adquisición de Christophe: 100 años de París. Un libro que le regalaron y que mandó a enmarcar página por página, para mostrar al público distintas postales de la capital francesa durante el siglo XIX y siglo XX.

Mostrándonos ese increíble registro, nos comenta antes de invitarnos a probar su carta, que otra de las características del local es que su carta está en constante movimiento. Va cambiando cada 15 días, rotando algunos platos e incorporando otros.

En este restaurante de comida popular francesa, que cautiva por la atmósfera de su sala y el arte de sus mesas, puedes encontrar platos frescos como: una ensalada de salmón con cebolla encurtida, salsa teriyaki y mango. O un gravlax de salmón, también con cebolla encurtida, papas olluco y salsa blanca con eneldo.

También algunos clásicos de la gastronomía francesa, como el Boeuf Bourguignon. Un guiso de carne de vacuno remojada en vino tinto. El Pollo Basquaise, con salsa de tomate y pimentón. Y el pato a la naranja, acompañado de un puré de zanahoria, zapallo y también con toques de naranja. ¡Lo probamos y ese pato se luce por la ternura de su carne, increíble!

O si tu opción es un producto nacional con una receta propia de El Franchute del Barrio, puedes probar su garrón de cordero magallánico con legumbres y limón confitado, que se prepara al estilo marroquí. ¿Cómo? En un recipiente llamado Tajine, hecho de barro y que invita a destapar todo su sabor.

Su propuesta cuenta además con la elaboración de su propia charcutería artesanal, donde destaca su coppa. Y por último, su oferta de bebestibles y postres: con vinos, espumantes, sangría casera, mousse de maracuyá, crême brûlée, entre otras cosas para refrescar y endulzar tu velada.

COLABORACIONES EN EL BARRIO Y VINOS NATURALES

A futuro, Christophe señala como meta mantener la calidad de su local y realizar colaboraciones con otros emprendimientos del barrio: “Queremos generar un ecosistema de actores de la gastronomía que tengan ese sello casero y artesanal”.

Además, adelanta la llegada de vinos naturales para acompañar y maridar su sabrosa propuesta gastronómica.

¿Ya sacaste tu ticket para este viaje a los rincones de Francia a través de su gastronomía? Comparte esta Historia con Sabor de Mango Merkén con tus amig@s foodies y vayan a probar todo lo que El Franchute del Barrio tiene para ofrecerles.

Dirección: Bío Bío 650, Barrio Franklin, Santiago.

Horarios: viernes a domingo de 12:30 a 15:30 hrs.

Web: www.elfranchute.cl

Instagram: @elfranchutedelbarrio

WhatsApp: +56 9 32997541