Descubre cómo el artista Leandro Araneda originario de La Unión, transforma lo cotidiano en obras llenas de encanto y realismo mágico. En sus ilustraciones resalta la esencia de las tradiciones sureñas, elementos de la gastronomía y platos típicos.
El artista visual Leandro Araneda, se desarrolla en áreas como pintura, escultura, ilustraciones tradicionales y digitales. Estas últimas han causado sensación en redes sociales al capturar momentos que transportan a la infancia a cualquier chileno. A través de sus obras, captura la calidez de la vida sureña, evocando aromas y paisajes que a menudo se pasan por alto.
En su propuesta, Lunion, te invita a redescubrir la magia de los detalles cotidianos del sur de Chile y de la gastronomía en torno a comidas e ingredientes típicos. Con una visión que fusiona lo real con lo onírico, su arte se convierte en un viaje inmersivo para que los espectadores aprecien la belleza de lo familiar desde otra perspectiva.
En conversación con Mango Merkén para una nueva Sobremesa, Leandro nos cuenta la inspiración detrás de sus ilustraciones que han cautivado a los espectadores.
¿Cuál es tu relación con la gastronomía?
En particular, mi relación con la cocina no es mucha. Es más bien indirecta. La conexión es que los platos ilustrados son preparaciones que hace mi mamá y que me acompañaron toda mi infancia.
¿Qué te inspiró a retratar onces y platos chilenos?
Sentía que la identidad chilena que tenemos gira en torno a un estereotipo: el «18 de septiembre». Es por eso que quería resaltar nuestra identidad mediante objetos y elementos cotidianos como el hecho de tomar once, pero que a la vez esta estuviera llena de objetos de fabricación nacional.
Esto termina generando un sentimiento de nostalgia y de rescate patrimonial que me gusta mucho explorar. Esos objetos relatan gran parte de la historia y de la idiosincrasia nacional.
¿Cómo definirías el estilo de tus ilustraciones?
No tiene un nombre en particular, ya que el estilo está más bien dado por la animación tradicional; la cual sintetiza los trazos de algunos elementos para facilitar su movimiento, mientras que detalla los fondos que permanecen estáticos. Me gusta asociarlo al realismo mágico.
¿Cómo fue la búsqueda de encontrar tu sello distintivo?
Es un proceso algo complicado hoy en día. Las diversas áreas del arte han sido tan exploradas que es difícil innovar. Creo que una de las cosas que más me ayudó fue haber viajado por Latinoamérica y ver a Chile desde otros puntos de vista. Ver que tenemos costumbres, frases, objetos que son muy propios, pero que al convivir con ellos no nos damos cuenta.
He ahí la relación que mencionaba con el realismo mágico. En este género literario, los personajes conviven con elementos mágicos, pero para ellos simplemente es parte de su cotidianidad. Es el espectador quien se encarga de reconocer esos elementos.
¿Qué aspectos de la cocina chilena te inspiran?
Más que la cocina chilena en sí, me gustan e inspiran los elementos que giran en torno a ella. Los diseños de la loza antigua, los enlazados y en general la decoración de cada hogar en torno al plato de comida; como la típica estufa a leña en el sur.
¿Qué representa para ti la popularidad que han conseguido tus retratos?
Ha sido muy gratificante el cariño de la gente, el cómo mis ilustraciones traen a su mente antiguos recuerdos, experiencias y un sentimiento de nostalgia positiva. Al final lo que busca todo artista es que sus obras sean vistas por la mayor cantidad de gente, y gracias a ese cariño, eso ha sido posible.
