Juan Eduardo Oyanedel y Magdalena Frugone son los fundadores de la empresa familiar, Productos El Ingenio. Un emprendimiento que nació en 1975 y que desde el corazón del Cajón del Maipo, la naturaleza y sus frutos, comenzó a hornear su dulce historia. Descubre en esta primera parada de una nueva Ruta con Sabor, los detalles de su surgimiento a partir del rescate de recetas caseras y el legado familiar que han construido en torno a su propuesta.
Dándonos la bienvenida a su fábrica y parcela, ubicada en el ya señalado cajón andino al suroriente de la Región Metropolitana, Juan Eduardo y Magdalena recorrieron junto a nosotros los pasajes de esta inspiradora historia.
La Historia con Sabor de Productos El Ingenio comenzó a gestarse en las alturas, en la nieve específicamente. Don Juan -fanático de estos paisajes y destacado esquiador- un día auxilió a una amiga de su prima, quien se había torcido el tobillo. “Se hizo un esguince”, añade riendo. Esa amiga resultó ser Magdalena Frugone, su futura “media naranja” y socia en el camino del emprendimiento. Ambos compartieron hermosos momentos esquiando, con Juan Eduardo enseñándole a Magdalena los mejores tips para practicar de buena manera dicho deporte.
Así la vida los juntó y los unió como pareja. Y hace exactamente 48 años atrás, floreció su proyecto familiar que desde el día 1 rescató el valor de las recetas caseras.
Previo a este suceso, ambos se habían quedado sin trabajo. Don Juan se desenvolvía como constructor civil y Magdalena trabajaba en las oficinas de una aerolínea. En ese momento tomaron la decisión de irse a vivir a un campo de la familia Oyanedel, cercano a Melipilla, que habían comprado por la expropiación de su fundo en el Cajón del Maipo.
Este nuevo hogar lo establecieron como base de operaciones para los productos que empezarían a cocinar y vender para sacar a su familia adelante: manjar blanco, dulce de alcayota, salsa de tomate, dulce de membrillo, mantequilla… todas recetas familiares. “Criamos hasta chanchos. Íbamos a Santiago y vendíamos carne de cerdo”, agregan.
LA NATURALEZA Y SUS FRUTOS COMO MOTOR DEL EMPRENDIMIENTO
Ambos recalcan que les llegaban ofertas laborales, pero el cariño que fueron tomándole a la actividad alrededor de la cocina, más las buenas ganancias que les daba, los animó a seguir elaborando los productos anteriormente mencionados. A principios de los 80’, el fundo de los Oyanedel en el Cajón del Maipo fue devuelto. Y desde allí, la historia grande de Productos El Ingenio (nombre adoptado en honor al lugar donde reside la fábrica), comenzó a escribirse.
“Este emprendimiento surge de la naturaleza y sus frutos, del gusto por celebrar y compartir el sabor de la vida. Una historia dulce que en base a creatividad, esfuerzo y compromiso, hoy tiene el honor de ser parte de la mesa de miles de familias”, declaran.
Su fábrica situada al interior del “Fundo El Ingenio” cuenta con extensas plantaciones de árboles frutales. Esto les permitió desde un inicio asegurar la calidad de la fruta en la elaboración de sus productos, contando con ella siempre en su punto exacto de maduración. Además, aprovechando el sector que los rodea, utilizan aguas de vertientes naturales en todos sus procesos.
Las primeras delicias con las que empezaron a entregar dulzura a los hogares de las familias chilenas, fueron mermeladas y pan de pascua. “Aparte de la fruta confitada, hacíamos un dulce de naranja para bañar el pan de pascua”, destaca Magdalena, quien comenzó a instruirse y a perfeccionar diversas recetas. Las mismas que después Juan Eduardo, junto a un equipo de trabajo mayoritariamente de la zona, debía replicar a nivel industrial.
Muchos de ellos, trabajadores que hasta el día de hoy continúan formando parte de la familia de Productos El Ingenio, como Rubén Rojas (encargado del área de abastecimiento y Juan Antonio González (hornero).
Por supuesto que las anécdotas no se quedaron atrás. Magdalena recuerda entre risas un invierno que nevó mucho, lo que provocó que el camino se cortara a la altura del túnel antiguo de la ruta. Para poder cumplir con los pedidos, bajaron en camión hasta donde se generó el corte y en carreta pasaron los productos a través del túnel (abandonado) para que otro camión lo llevara a Santiago. Siempre había que cumplir. “Las personas no se imaginan todas las cosas que tenemos que hacer al estar en plena cordillera”.
ENTREGANDO SABOR A LAS MESAS DE LOS CHILENOS
A partir de la popularidad que fueron ganando, sobre todo con sus panes de pascua, estos emprendedores apostaron por la inclusión de más productos en su oferta gastronómica. Masas horneadas, (kuchen, tortas, queques, galletas, tartas dulces), pastelería salada, (quiches, tartas y pascualinas), línea de cocktail, helados artesanales y empanadas de horno. ¡Unas maravillas que veíamos hornearse mientras recorríamos cada detalle de su fábrica!
El modelo de negocios que pusieron en marcha en aquel momento fue elaborar pedidos grandes a casinos. En esa época era muy habitual que bancos, colegios, clínicas y otros rubros contaran con casinos propios en sus establecimientos. Manteniendo la esencia de la fabricación artesanal de sus recetas caseras y con el boca a boca, Productos El Ingenio creció a tal punto que tuvo que habilitar espacios de producción y almacenamiento en la capital misma.
“Vender a casinos nos permitió vender grandes cantidades a un menor precio, posicionándonos muy bien en el mercado”, reflexiona Juan Eduardo.
Luego de que la popularidad de los casinos se fue acabando, fueron encontrando la necesidad de abrir sus propios puntos de venta. Varias veces les pasó que cuando aún no tenían tienda, pasándose el dato la gente se enteraba dónde estaban sus bodegas y corrían a comprarles; literalmente se llenaba afuera.
A partir de los 90’ habilitaron –una a una- sus tiendas en Las Condes (1991), La Reina (1997) y Providencia (1998). Un hecho que remarca la familia de Productos El Ingenio como un hito que les permitió acercarse aún más a su público. Y que también, les significó minimizar la variedad de productos que elaboraban, privilegiando los que más se vendían o dejando algunos para épocas específicas, como sus panes de pascua a fin de año.
FIDELIDAD A SUS RECETAS CASERAS
Haciendo un recuento de estas casi 5 décadas cocinando delicias para las mesas de las familias chilenas, Magdalena destaca cómo han sido siempre fieles a sus recetas caseras: “Aún está el cuaderno donde las iba registrando. Nos acostumbramos a trabajar en base a él y le hemos tenido que ir sacando fotocopias y plastificando, porque el original ya está gastadísimo”.
“En un par de cosas hemos hecho variaciones, como por ejemplo, agregarle mermelada de frambuesa a la torta de mil hojas. Ha sido por pedidos especiales de la gente, pero siempre mantenemos las recetas originales”, añade sonriendo.
Un valor que la gente ha sabido premiar con su fidelidad hacia Productos El Ingenio, pero también con exigencia, ya que detectan fácilmente si una receta ha cambiado. En definitiva, un lindo desafío para todo el equipo para mantener al máximo el sabor y calidad de su emprendimiento.
LEGADO FAMILIAR
Hoy en día, esta inspiradora Historia con Sabor en torno a la dulzura y a la riqueza de productos clásicos de nuestro país como las empanadas de horno, permanece en lo más alto gracias a la dirección de las hijas de Juan Eduardo y Magdalena; Margarita Oyanedel, gerente comercial, y Catalina Oyanedel, gerente de operaciones.
Estas últimas se criaron revoloteando por los pasillos de la fábrica en el corazón del Cajón del Maipo. Aún recuerdan el olor a pan de pascua que se sentía por todas partes. Cuenta la leyenda en El Ingenio, que se sentía desde el puente previo a la llegada al lugar. A la mente de Margarita también vienen sabrosos recuerdos del manjar casero, que se hacía a fuego en pailas de cobre.
“Siempre pensamos que alguna o ambas siguieran con el negocio y continuaran con todo el trabajo hecho a lo largo de estos años”, dicen orgulloso Don Juan y Doña Magdalena, quienes se salieron de la operación hace 10-15 años aprox; observando igualmente desde cerca el excelente trabajo de sus hijas. En la actualidad, sus tareas están direccionadas hacia una empresa de turismo de Magdalena y a la supervisión de distintos sectores del fundo por parte de Juan Eduardo.
Señalando el próspero transitar por la pandemia, a pesar de sus dificultades y de la implementación del formato delivery, comentan también sobre la importancia que le han dado a las redes sociales últimamente. Síguelos en Instagram para tentarte con los exquisitas publicaciones que postean semana a semana.
LÍNEA DE PRODUCTOS SIN AZÚCAR Y SIN GLUTEN
Siendo enfáticos en seguir rescatando el valor de sus recetas caseras y artesanales, la familia detrás de Productos El Ingenio concuerda en que su foco actualmente está orientado en fortalecer lo que ya tienen. En ese sentido, hacen una mención especial a su línea de cocktail; empanaditas (pino, espinaca y pollo), tapaditos, pastelitos de panqueque y pizzetas. De la cual, saboreando aún su formato antiguo de canapés, afloran recuerdos del gigantesco trabajo de equipo a lo largo de estas décadas de sabor.
No obstante, invitándonos a probar un delicioso kuchen de manzana, apuntan hacia un desafío mayor en los próximos meses: incorporar una línea de productos sin azúcar y sin gluten.
¡Ya lo sabes! Se vendrán deliciosas novedades en este emprendimiento. Comparte Historia con Sabor de Mango Merkén con tus contactos, síguelos en redes sociales, y mantente al tanto de lo que se viene para Productos El Ingenio.
Dirección: Fundo El Ingenio, Cajón del Maipo (fábrica) / Av. Manquehue Sur 1431, Las Condes; Av. Príncipe de Gales 6958, La Reina; Av. Francisco Bilbao 2797, Providencia (tiendas)
Horarios: lunes a domingo de 10:00 a 20:00 hrs (tiendas)
Instagram: @elingeniodulceria / Web: elingenio.cl
2 comentarios