María Alejandra Carrillo Hernández, la comunicadora alimentaria detrás de Panccini – Cocina Sana

“La comida también es una fuente de felicidad. Y yo creo que he tocado la felicidad más de alguna vez comiendo”, dice esta cocinera, activista y comunicadora alimentaria; mejor conocida como Ale Panccini. Desde Olmué, a los pies del Cerro La Campana, imparte una serie de talleres de alimentación saludable que van más allá del aprendizaje de las recetas. Con la conversación sobre la comida como protagonista, esta Historia con Sabor recorre su memoria gastronómica y las raíces de la cocina chilena, además de aspectos políticos, culturales e importantes reflexiones al respecto. ¡Acompáñanos a conocerla!   

¡Nos encanta contar Historias con Sabor! Y unas de las que más disfrutamos, es cuando agarramos el volante y nos vamos de Ruta con Sabor. La última fue en el Cajón del Maipo, ¿la recuerdas? Toda la tradición de Dulcería El Ingenio, un viaje gastronómico a La Petite France y esas humeantes pizzas en horno a leña de Patio La Dominga.

Esta vez fuimos a la V Región. Por la Ruta 5, tomamos un empinado camino rodeado de cerros y valles, cuyo punto máximo es un mirador hacia la Cordillera de los Andes. Imponente paisaje –que por lo demás- nos iba tentando con las historias que estábamos por conocer. Olmué fue nuestra primera parada. ¡La cuna de las tradiciones campesinas más destacadas de la zona central! “Un entorno que invita diariamente a involucrarse en la cocina. Una cocina artesanal, viva y transformadora”, afirma Alejandra.

Foto: Mango Merkén

Abriendo la puerta corrediza de Panccini – Cocina Sana, una majestuosa pieza de metal con unos detalles únicos, pasamos directamente al corazón de su propuesta, su hogar. Los detalles en madera nos invitan a observar cada rincón. Y la luz natural que irradia desde cada ventana, enmarca los diversos elementos que rodean –lo que es para ella- el lugar más importante de su casa, la cocina…

Aceites y vinagres caseros, mostaza dijon, vegetales fermentados, harinas 100% naturales y una masa madre dispuesta al centro del mesón principal.

LAS RAÍCES DE SU COCINA Y EL PAN COMO ALIMENTO

Mientras prende su molino para procesar el grano de centeno o de trigo, obtener sus propias harinas y deleitarnos con un par de preparaciones, Alejandra nos cuenta inmediatamente sobre sus orígenes. Hija de una madre sureña y de un padre dedicado a un restaurante de mariscos en la costa central, los recuerdos de su Historia con Sabor guardan una conexión con la gastronomía. Aunque redoblando la apuesta, con la gastronomía chilena.

“Mi abuelo era agricultor papero. Mi mamá era maestra cocinera, de la Isla Maillen, al frente de Angelmó. Mis tíos son mariscadores, entonces tengo esa conexión profunda con la comida. Que va más allá, un tema territorial también y de soberanía alimentaria”, dice, mientras arma unos quiche con harina de cochayuyo.

Si bien reconoce que nunca pensó que terminaría dedicándose a la cocina, es enfática en señalar que uno tiene memoria, y que la vida la fue guiando para continuar “regando” sus raíces. Además, encarando su entrada a la gastronomía como una lucha libertaria. Muchos le decían: “Tú, una mujer inteligente… ¿Para qué te vas a meter a la cocina cuando tienes tantas cosas que hacer afuera?”. Es por eso que Alejandra desde el primer minuto tomó esta actividad como un espacio de rebelión. Uno donde ha podido encontrar una voz propia, y que ha podido liderar dejando valiosas reflexiones en su camino.  

Foto: Mango Merkén
Fotos: Mango Merkén

Declarándose una amante del comer y compartiendo con nosotros unas empanadas con pino de changles -que la “ñaña” Celeste Painepán le regaló- apunta que realizó su formación teórica en INACAP, pero que en definitiva es la práctica la que se lleva la mayor importancia en el rubro. Educando su paladar a medida que iba probando y probando, más los conocimientos absorbidos –casi como vitaminas- de su nutrida biblioteca gastronómica ubicada en una de las esquinas de su cocina, llegó a la conclusión de ser una cocinera con corazón de panadera.

En pos de aquello, sacó el diplomado internacional en panadería. Rememorando una experiencia laboral en Perú, nos muestra la conserva de masa madre –previamente mencionada- que brilla sobre el mesón central de su cocina; fiel reflejo de su pasión por el pan. “Actualmente dicto un taller llamado: “El pan como alimento”. Para mí es una fuente nutricional. Lo defiendo a muerte, ya que el mundo quiere dejarnos sin un alimento con raíces espirituales, inteligencia ancestral y tremendamente cultural que nos define como chilenos. Quién no añora en los viajes fuera del país una marraqueta con palta, por ejemplo”, señala.

Foto: Mango Merkén

COMPARTIENDO SU COCINA Y FILOSOFANDO EL ACTO DEL COMER

Cocinera, activista y comunicadora alimentaria. Estos son los tres perfiles -que juntos- describen el posterior desarrollo de Alejandra por el arte culinario. Talleres de cocina, el comer como un acto filosofal y político, y la gestión educativa y cultural, los tres ingredientes principales de su receta. Con el tiempo y gracias a su buena mano, cercanos se interesaron en que ella les enseñara recetas básicas de cocina; masas dulces, panes y  platos de comida que les ayudara a salvar la semana. Contraria a dedicarse a la parte de servicio de la gastronomía, enseñando poco a poco sus recetas se dio cuenta de las habilidades que tenía como cocinera y como comunicadora. 

Los incipientes talleres de cocina que comenzó a impartir, que se multiplicaron por el boca a boca, fueron más allá de las recetas mismas. Había un espacio de conversación, de reflexión en torno a la comida, que se convirtió en el eje de estas instancias y en un elemento diferenciador de su futura propuesta. Así hace 15 años atrás, nació en Olmué, Panccini – Cocina Sana. Sincerándose con Mango Merkén, Alejandra cuenta que su pareja le decía, “Chinita”. Un día pensando en qué nombre ponerle a su nuevo proyecto entre manos, entre “chinita” y “chini”, y reforzado por su amor por el pan, quedaría el concepto de “Panccini”.

Las bases de su propuesta estaban en la reflexión por la comida. Fiel creyente que un buen comer influencia positivamente el buen pensar, poner énfasis en el cuestionamiento de qué estaba comiendo, cómo lo estaba comiendo, y su maternidad, llevaron a su pensamiento a las raíces de la alimentación.

Foto: Mango Merkén
Foto: Mango Merkén

“Vi una necesidad, en general, de no solamente aprender las recetas, sino que habláramos de la comida”, comenta feliz aún por dicha revelación. Su sazón y sus recetas hicieron tanto eco en su oratoria, que realizaría también diversos conversatorios para la comunidad. Que en una charla pudieran convivir un periodista gastronómico, una antropóloga, una filósofa y una cocinera, y que en conjunto pudieran abordar la gastronomía desde sus distintos puntos de vista, era algo que esta futura comunicadora encontraba sumamente interesante.

Todas las conclusiones sacadas en ese momento, en conjunto con los conocimientos adquiridos, forman parte de su retórica durante los talleres de cocina. Y es un elemento que en definitiva lleva a la gente a volver a ellos. “Hay muchos que vuelven por la conversación que se da”, dice sonriendo e invitándonos a visitar su cafetería en la parte de adelante de Panccini.

Foto: Mango Merkén

PANCCINI, COCINA SANA EN OLMUÉ

En este lugar encontrarás talleres temáticos de panadería, pastelería saludable, fermentos, cocina naturista, intolerancias alimentarias, conservas y mucho más. “La idea es que las personas retomen el tema alimentario como una responsabilidad propia e individual. Desde su salud, pero también desde el placer. De encontrarnos igualmente con nuestro territorio e identidad gastronómica”, anuncia.

Actualmente, Alejandra se siente orgullosa de que las personas logren captar lo que busca transmitir con la comida. Y aquello lo ejemplifica con el ejemplo de la salsa de tomate. “Supieran lo fácil que es hacer una y lo rica que es natural. Para mí es maravilloso cuando después de los talleres me envían una foto y me dicen: Hice mi propia salsa de tomate; Me reuní con unas amigas e hicimos para todo el año”, relata.

Foto: Mango Merkén

Este exitoso transitar la llevó a dar charlas en diversos institutos como Culinary, Duoc, Universidad Católica, e incluso tener un espacio como columnista en El Mercurio de Valparaíso. Y es en esta faceta educativa y cultural, que se enamoró de su rol como comunicadora alimentaria. Desde el precioso proyecto de su cafetería, que se fue dando a medida que las personas asistían a los talleres buscando un espacio más donde compartir en Panccini, Alejandra detalla su rol como dirigenta en Olmué. Fue parte de una agrupación de agricultores y procesadores orgánicos de la región, donde fue vicepresidenta, y también del colectivo “Las Alimentantes”

En este último, apunta la participación de Valeria Campos como filósofa; que acaba de estrenar su libro, “Comer y Pensar”.  Y de Javiera Luco, antropóloga social. Junto a ellas han tomado la batuta en abrir espacios de debate sobre la alimentación en la política. Por ejemplo, con la realización del Primer Cabildo por la Alimentación del Nuevo Chile, durante el último trimestre del 2019.

Foto: Mango Merkén / Empanadas con pino de changles

“El tema alimentario en la constitución actual está solamente visto desde el ámbito de la salud, no como un tema de soberanía alimentaria. No contempla la influencia del agua en ella, de las semillas, de la protección de nuestros recursos. Todo el mundo quiere comer bien, pero… ¿Cómo vamos a comer bien? Siendo igualitarios, atingentes a nuestro territorio. No podemos dejar de lado nuestras raíces. No sólo estamos comiendo un alimento, estamos comiendo una historia alimentaria que va detrás y que es importantísima”, concluye.

“Aquí, por ejemplo, tenemos sarraceno. Y yo con una amiga lo sembramos y lo cosechamos cerca de Olmué. Lo cultivamos y lo convertimos en nuestra propia harina para nuestros propios alimentos. Volviendo a Panccini, para mí es un orgullo decir que todos los rellenos de las tortas se hacen acá. Sacamos cosas hasta de nuestra propia huerta”, agrega.

Foto: Mango Merkén

UNA INVITACIÓN A LA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE

Disfrutando un dulce final con un bizcocho de harina tostada, con un coulis de frutos rojos y crema de maqui, esta destacada cocinera recalca que Panccini trabaja con granos con certificación orgánica y te deja la siguiente invitación… Indagar en una mirada profunda y distinta de nuestra alimentación a través de su filosofía, fortaleciendo íntegramente una conciencia alimentaria constructiva y crítica, alimentando nuestro cuerpo y nutriéndolo responsablemente.

Inspiradora propuesta que además puedes visitar, haciendo una reserva para degustar un exquisito menú con diversas alternativas. Comunícate directamente mediante sus vías de contacto a continuación.

Foto: Mango Merkén

Comparte esta Historia con Sabor de Mango Merkén con tus seres queridos y tiéntalos a vivir esta increíble experiencia en Panccini – Cocina Sana.

Dirección: Camino a Olmué, 2330047 (Limache, Olmué, Valparaíso)

Horario verano: martes a sábado de 10:30 a 19:00 hrs (continuado)

Reservas y pedidos: +56 9 94438306

Instagram: @alepanccini / Web: panccini.cl

Comparte el post

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿TE INTERESA HACER UN PROYECTO CON NOSOTROS?

Contáctanos.