Presente en la mayoría de las mesas de hogares y restaurantes a lo largo de Chile, el pebre claramente forma parte importante de nuestra memoria gastronómica. Y es que de alguna forma nos define como país: un pica pica, una mezcla de distintos elementos que despiertan las papilas gustativas invitándonos a “cucharearlo”, aportando siempre un dejo de picardía. ¡Está en nuestro ADN! Si te gusta el pebre, sólo pronunciarlo te hace salivar. Aún así, poco sabemos de su historia y origen. Es por eso, que hoy te invitamos a descubrir y redescubrir a esta bendita salsa: el pebre chileno.
El pebre es por antonomasia una de las salsitas típicas y tradicionales de nuestro país. Tiene sabor a Chile, y sus variedades y maneras de prepararlo, siempre guardan un gustito común que sabe a cariño y calidez. Y es que todos amamos cuando llega el pebre junto a un pancito amasado para acompañarnos en la espera en el restaurante o picada. El pebre juega también un rol “ansiolítico”; viene a decirte… “tu comida se está preparando, disfrútame y cucharéame mientras esperas”. Es la previa de tantas comidas deliciosas y lo queremos tanto que queremos contarte más sobre esta sabrosa preparación que alegra paladares, saca sonrisas y eleva corazones.
¿De dónde viene la palabra pebre?
El pebre es súper nuestro y es indudablemente una preparación Made In Chile. Abundan varias teorías en torno al origen de la palabra, pero a nuestro criterio la más acertada es la siguiente.
Cuenta la leyenda, que el origen del pebre se remonta a la llegada de ingenieros y albañiles catalanes que llegaron a fines del siglo XVIII para trabajar en la construcción de los tajamares de Santiago, los canales fluviales y los puentes para evitar crecidas del río Mapocho. Probablemente, como buenos catalanes, acostumbraban a untar el pan… y es que “estos tíos” aman el tomate y siempre agregan jugo de tomate al pan, el clásico “pantumaca” (pan untado en jugo de tomate sal y aceite).
Con ganas de pantumaca, dieron con más ingredientes endémicos de Chile y pidieron (o les hicieron, no lo sabemos bien) una salsa simple de adobo con cilantro, tomate, cebolla, aceite, ají, vinagre y sal. Al tener ese picorcito picarezco característico le llamaron pebre, que literalmente significa pimienta y/o pimientos en catalán.
Así fue como nació una de las salsas que más nos caracterizan a lo largo de todo Chile. Es muy nuestro esto de recibir por cortesía de la casa pebre y pan del día. ¡Cómo nos gusta y cómo lo agradecemos! Los turistas disfrutan mucho de esta rica tradición.
Probablemente hay cientos de tipos de pebre, ya que es una salsa de adobo con la que se puede ir jugando y variando, agregando diferentes aliños e ingredientes, pero manteniendo su esencia. Aquí te dejamos los típicos y más basales. Si crees que se nos queda alguno fuera… ¡no dudes en sumarlo en nuestros comentarios!
Pebre cuchareado
Contiene cilantro, tomate, cebolla, ajo y ají cristal o ají verde -picado todo muy fino aunque a veces el ajo puede ser molido- además de aceite, vinagre, sal y agua fría a gusto. Se dice que es la base de todos los pebres y se llama así porque tradicionalmente se pone en el medio de la mesa para que todos metan la cuchara. ¡Cucharea esta receta de Mi Diario de Cocina con una interesante variante con ají rojo en pasta y vinito blanco!
Pebre de ají cacho de cabra
Como su nombre lo indica, contiene el tipo de ají llamado cacho de cabra, uno de los ajíes más picantes de nuestro país. ¡Apto sólo para valientes!
Pebre sureño
Puede ser con base similar al cuchareado y se le pueden sumar distintos elementos (según la creatividad de quien lo prepare), pero el toque distintivo es que tiene merquén.
Pebre verde
Pica pica finito donde predominen los colores verdes. Puedes jugar con perejil, cilantro, ciboulette, ajíes verdes, pimiento verde, etc.
Chancho en piedra
Un tipo de pebre que se desmarca un poco en la forma, ya que esta variante se hace con mortero de piedra. Todo molidito, listo para cucharear.
Creemos que es el acompañante ideal para asados, que le da sazón a guarniciones, o simple y maravillosamente, creemos que está bueno cuchareado o directamente en pan (con o sin mantequilla previa, aquí a gusto del comensal). ¿Es rico el pebre, no?. Es probable que estés salivando y que ya tengas antojito de pebre, te lo advertimos.
Es tanto el valor patrimonial y tradicional que le damos en Chile, que hasta hace un par de años se celebraba durante el mes patrio (¡septiembre!) el Campeonato Mundial del Pebre, en que un centenar de postulantes; cocineros de los mejores locales de La Vega, del Mercado Tirso de Molina y el Matadero Franklin, más estudiantes de gastronomía, dueñas de casa y tod@s los que quieran participar, se la jugaban por preparar su mejor versión.
Hoy encuentras preparados de pebre cada vez más innovadores: con cochayuyo, mote, cebollines, puerros, semillas, frutas… y la lista podría seguir. Recientemente tuvimos el gusto de conocer un emprendimiento gastronómico dedicado 100% a este manjar chileno. ¡Se trata de @chopebre! Pebres de autor en base a pimentones y ajíes. ¡Disfruta la Historia con Sabor que preparamos junt@s!
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