Hoy nos sumergimos en nuestra bebida más tradicional, que ha perdurado con el paso del tiempo y de la que incluso surge toda una “monarquía”. Disfruta junto a nosotr@s de un rico mote con huesillos.
Si eres chilen@, sabes para donde va esto más o menos, pero si no lo eres, si te decimos “mote con huesillos” pueden surgir varias ideas e imágenes. Nosotros nacimos y crecimos con esta bebida, pero la verdad es que su nombre no arroja muchas pistas. ¿Es dulce? ¿Salado?
En honor a nuestros lectores extranjeros y a quienes pisan hace poco Chile, vamos con una mini definición.
¿Qué es el mote con huesillos?
Es una bebida dulce tradicional chilena que viene desde la época de la conquista. Para algunos será bebida, para otros postre y para muchos un delicioso tentempié. Es alimenticia y a la vez refrescante, ya que no es 100% líquida.
La parte sólida la aporta el mote, que es trigo cocido y pelado. Y el sabor y el aporte fresquito lo aporta una mezcla de jugo acaramelado de durazno; que se obtiene de duraznos deshidratados popularmente conocidos como huesillos.
Más chileno que el mote con huesillos
Como decíamos, se comenta que llegó de España en tiempos de la conquista, afincándose de buena manera en estas tierras del fin del mundo por nuestra óptima producción de trigo. Además en la zona central, los soles veraniegos eran idóneos para secar los duraznos pelados, la base que le da cuerpo, sabor y forma a esta bebida.
Y aquí quedó; de ahí que cuando queremos asegurar que algo es 100% nuestro se dice: “más chileno que el mote con huesillos” (¡no hay nada más chileno que el mote con huesillos!).
La palabra “mote”
Si bien la receta de esta preparación nos remonta a la época colonial, la palabra mote es precolombina. Proviene del “quechua mut’i”, un nombre genérico para distintos granos/legumbres cocidos en agua y que se consumen en varias zonas del continente americano.
El mote además está súper presente en la gastronomía mapuche. Se usa para elaborar un tipo de masa llamada catuto, para una bebida ancestral -de baja graduación alcohólica- llamada muday, y como ingrediente base de algunas preparaciones tales como el mote guisado.
Bebida callejera
Podríamos decir que el mote con huesillos es un pionero de nuestro street food; siempre fue un brebaje callejero. Al comienzo durante la colonia, los llamados “moteros” solían llevarlo en canastas sobre la cabeza junto con los envases y cucharas.
Durante las cosechas de trigo -con máquina estacionada o trilla a yegua- era normal preparar mote todos los días para satisfacer la sed de los campesinos, que trabajaban en las faenas como cortadores, carreteros, ensacadores y maquinistas.
Sanito y fresquito
Si bien puede tener matices en su preparación, el mote con huesillos es una bebida que ha mantenido su estilo fiel a lo tradicional. Y al ser tan casero y de origen natural, lo hace muy saludable al momento de revisar su aporte nutricional. Contiene proteína de origen vegetal, vitaminas B y E, ácido fólico, tiamina y minerales como fósforo, zinc, selenio, potasio y hierro.
*Cuenta la leyenda… que muchas veces lo vendían como “analgésico y sal de frutas” para aliviar la resaca. No sabemos a ciencia cierta de la efectividad de este “remedio” (habrá que probar).
La monarquía del mote con huesillos y su extenso y noble reinado
A comienzos de 1930, surge en Santiago un personaje que se llamaba Alberto Bravo, a quien se le ocurrió trabajar el mote a una escala mayor y se instaló con un puesto en la calle Rondizzoni; detrás del Club Hípico. A este lugar comenzaron a llegar muchos degustadores de esta tradicional bebida (adultos,niños, familia en general).
Ante tal afluencia de bebedores, y en vista de que el negocio prosperaba, Alberto tuvo la genial idea de autodefinirse como “El Rey del Mote con Huesillos”, nombre que hasta hoy luce en ese lugar. Ojo que a lo largo del país puedes encontrar más títulos nobiliarios y monárquicos en torno al mote con huesillo.
El mote con huesillos resiste al paso del tiempo y permanece arraigado a nuestra cultura gastronómica; endulzando nuestras fiestas patrias, alegrando primaveras y refrescando veranos.
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