Para nosotros es literalmente “pan de cada día”… ¿Hay algo más popular, único y transgeneracional que la “once”? Junto a Gloria Quevedo de @nosgustapoco, te invitamos a descubrir el origen de esta bendita y maravillosa costumbre.
¡Siempre me ha llamado la atención la once! Además de ser rica, versátil y completa, creo que tiene algo curioso y enigmático de por sí…
A ver si me siguen: ¿Por qué se llama así? ¿Cuál es la hora de la once? Un extranjero pensaría que es a las 11 de la mañana o a las 11 de la noche, pero no es así. Si eres chilen@ o estás viviendo en Chile, seguro que ya estás familiarizado con el concepto, pero como Mango Merkén llega a todo el mundo, voy a ir explicando por partes.
¿Qué es la once?
Esta sabrosa costumbre es 100% chilena señoras y señores. Tanto así, que deberíamos hacerla patrimonio nacional. La once es una tradición en la que los comensales se reúnen en torno a una mesa a comer y a tomar una taza de té o café; también puede ser leche, milo, incluso mate… algo calentito.
El pan es imprescindible, puede ser de cualquier tipo: amasado, marraqueta, hallullas, dobladitas; habitualmente tostado, con mantequilla, mermelada, palta, manjar, paté, jamón, queso derretido, entre otros. La versatilidad de cada once dependerá de cada gusto, costumbres familiares y época del año.
Para los más golosos no puede faltar algún pastelito, “un dulcesito mijita”; algún kuchen, panqueques, quequitos, calzones rotos, picarones, casi todo está permitido. Infaltable es la paila de huevos revueltos, que muchas veces repetimos al desayuno y a la once. Y un clásico es cuando llueve y se te antoja una fuente llena de sopaipillas.
¿A qué hora se toma once?
La once es -quizás- la precursora del concepto “brunch”, pero con elementos más simples y en otro horario. Si entramos en comparaciones, es muy parecida a la «hora del té» de los ingleses o a la merienda de los españoles, pero la diferencia es que es por lejos mucho más contundente.
Reitero: la hora de la once no es a las 11, ¡ni de la mañana ni de la noche! Suele ser entre las cinco y las siete de la tarde, aunque por temas laborales y de desplazamientos en muchos hogares chilenos, hoy por hoy varios toman once más tarde.
¿Por qué se llama once?
El origen de la palabra sería una forma codificada para juntarse a tomar aguardiente, ¿vamos a tomar “once”? ¡Y la verdad es que todo calza! Esta bebida alcohólica tiene once letras. Típico de la picardía chilena y de la merecida fama de buenos para el alcohol que nos hemos hecho.
Según cuenta la leyenda esta costumbre vendría de la época de la colonia, en los campos; otros cuentan que viene de las salitreras. Y otra hipótesis alude a la reconversión de la hora del té, por los colonos ingleses que llegaron al puerto de Valparaíso.
“Debió de tener su origen en el aguardiente aunque no está documentado. Pero a finales del siglo XIX ya aparecen libros de recetas que se refieren a la ‘once’ o a ‘la hora del té’, como ese momento de la tarde en que se toma algo salado y dulce y que perdura hasta hoy en todo el país”, aseguró la destacada antropóloga chilena, Sonia Montecino, en unas declaraciones a El Mostrador en 2019.
Como sea, el concepto quedó. Y en la actualidad, tomar once no tiene nada que ver con el aguardiente. Es un momento del día donde nos sentamos a comer y conversar con amigos y familiares en torno a una mesa llena de “cositas ricas”, donde cada comensal se va sirviendo a gusto.
Toda una institución
Con el pasar del tiempo, la once pasó a ser más que una costumbre. ¡Es un fenómeno gastronómico y cultural de nuestro país!
Es digna de analizar y de registrar, a tal nivel, que por ejemplo en el servicio de streaming de Netflix hay un documental al respecto. La galardonada cineasta chilena, Maite Alberdi, captura a su abuela tomando el té y conversando con sus amigas; un ritual que llevan a cabo desde hace más de 60 años. También encontramos una cuenta de Instagram llamada “Proyecto Once”, creada por la diseñadora gráfica, Renata Tesser, y la periodista, Kalu Downey. En ella comparten fotografías/publicaciones de mesas servidas a la hora de once y diversos elementos, que les envían desde todo Chile e incluso del extranjero.
El equipo de Mango Merkén se fue por el lado dulce y se trasladó hasta El Cajón del Maipo para conocer la Historia con Sabor de la Dulcería El Ingenio. Un emprendimiento familiar que lleva más de 40 años entregando dulzura a los hogares de los chilenos. ¡Atentos a todos los detalles que se vienen esta semana!
Para ir tentándote, te recomendamos las siguientes Historias con Sabor con productos relacionados a la hora de once. La panadería artesanal de El Pan de Cada Día y de Selvaggio, la charcutería de La Fiambrería, la pastelería de Greña, las maravillas de La Fábrica de Churros Boher, las galletas de Cookie Lab, y para los más golosos, los milcaos y kuchenes de Sureña Alemana.
Además, acompaña ese banquete a la once con una gran variedad de tés en Anâmaya, el chocolate caliente de Óbolo y/o el café de especialidad de WR4.
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